Para acompañar a las familias «no basta la buena voluntad»
Las universidades CEU San Pablo y Francisco de Vitoria organizan la I Semana de la Familia. Ponen así el broche de oro al máster que han impartido juntas en respuesta a las amenazas que sufre la institución
Para ser abogado o profesor de secundaria hay que hacer un máster. Para acompañar a una familia no necesariamente, pero definitivamente ayuda. Es la premisa con la que la Universidad CEU San Pablo y la Universidad Francisco de Vitoria celebran del 1 al 5 de julio la I Semana de la Familia. Este evento, que cuenta con la participación del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, o el actor Eduardo Verástegui, supone la guinda sobre el pastel al Máster de formación permanente en Matrimonio, Familia y Vida que las dos universidades han ofrecido online de manera conjunta por primera vez este año.
«Hemos visto la necesidad de profundizar en la formación sobre los temas de matrimonio, familia y vida y acompañar a los jóvenes», explica a Alfa y Omega Carmen Sánchez Maíllo, secretaria académica del Instituto de Estudios de la Familia de la Universidad CEU San Pablo y una de las organizadoras del máster que clausura este evento. «Se van a tener una serie de mesas redondas y coloquios en torno a la familia» y a la búsqueda de soluciones para una sociedad «en la que cada vez menos personas contraen matrimonio y hay una baja natalidad». En el caso español, uno de los países con un índice de fecundidad más bajo, las mujeres tienen de media 1,3 hijos. Además, a juicio de Sánchez Maíllo, tanto el máster como esta semana que le pone el broche de oro ayudarán a quienes pasen por sus lecciones a «entender la vocación matrimonial» y a acompañar «las heridas» de «muchas personas que han vivido rupturas familiares».
Por su parte María Lacalle, directora del Centro de Estudios de la Familia de la UFV, explica que la I Semana de la Familia servirá para que los 70 alumnos del máster se desvirtualicen y consoliden «los lazos que se han ido generando durante el curso». Explica que «su perfil es parecido» porque, aparte de tener estudios superiores, «todos están implicados en alguna acción a favor de la familia». Aunque no siempre profesionalmente pues, aunque «hay varios sacerdotes dedicados a la pastoral familiar y profesores», también lo cursa por ejemplo un notario que se gana la vida con su despacho y no formando a las parejas del futuro. Su metodología online ha permitido asimismo que, aparte de una mitad de alumnos españoles, haya otra de países como México, Chile, Argentina, Colombia, Kenia y Costa de Marfil. Eso sí, «el denominador común es su entrega y compromiso con la familia».
Lacalle matiza que tanto esta I Semana de la Familia como el máster que la ha precedido no se mueven en el terreno político ni ideológico sino que «tienen una fundamentación cristiana» muy enriquecedora porque «todas las cuestiones que son accesibles a la razón pueden ser iluminadas por la fe». Y celebra contar con el testimonio de «personas en entidades que están en primera línea defendiendo la familia» y que ofrecerán su «profundidad y testimonio».
Una de ellas es Xosé Manuel Domínguez, director del gallego Instituto da Familia y colaborador estrecho de la UFV. Acaba de impartir este miércoles una conferencia magistral titulada El arte de acompañar a la familia. En conversación con este semanario, enumera las nuevas dificultades que hoy sufren los padres. Entre ellas «el individualismo, un ritmo de vida vertiginoso orientado a la productividad, un ocio entendido como disfrute subjetivo, rechazo al compromiso, narcisismo e imposición de lo provisional». A lo que se suma «la negación del hecho antropológico y biológico de que las personas somos constitutivamente hombres o mujeres».
Ante un escenario tan complicado, reivindica que «para acompañar a las familias no basta la buena voluntad». Además de «formarse bien», es necesario «ser experto en el arte de escuchar». Y aunque valora a los terapeutas de todas las sensibilidades, recalca que los católicos «cuentan con más recursos para afrontar dificultades» porque entienden las «encrucijadas del camino» como «oportunidades para la santidad».
Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, participará en la I Semana de la Familia este jueves 4 desde el Vaticano para presentar el Family Global Compact, una iniciativa a la luz de la doctrina social de la Iglesia y de gran importancia para el Papa Francisco. «El objetivo es animar a los agentes pastorales y a los profesores universitarios a colaborar con los temas que la Iglesia considera urgentes», explica. Pretende así, concluye la italiana, «reforzar el vínculo conyugal y las relaciones familiares y así ayudar a los padres en la educación de sus hijos y la transmisión de la fe».