Papa Francisco: «El paso del muro a la trinchera es corto» - Alfa y Omega

Papa Francisco: «El paso del muro a la trinchera es corto»

Francisco ha animado a los asistentes al encuentro internacional de oración por la paz organizado en Berlín por la Comunidad de Sant’Egidio a «pedir que se abran vías de paz, sobre todo para la querida y martirizada Ucrania»

Rodrigo Moreno Quicios
Un momento del encuentro en Berlín. Foto: Comunidad de Sant’Egidio.

«El lugar en el que os habéis reunido es particularmente evocativo porque, justo donde estáis, sucedió un hecho histórico: la caída del muro que separaba las dos Alemanias», ha dicho el Papa a los jóvenes pertenecientes a la Comunidad de Sant’Egidio reunidos en Berlín del 10 al 12 de septiembre. Se han dado cita en la ciudad para celebrar el encuentro internacional de oración La audacia de la paz.

Francisco ha recordado a los asistentes que la caída del muro de Berlín «abrió nuevas perspectivas de libertad para los pueblos, reunificación de familias y esperanza de una nueva paz mundial después de la Guerra Fría». Aunque también ha lamentado que, tras la caída del Muro, se alzaron otros nuevos. «Y del muro a la trinchera el paso es, desgraciadamente, a menudo breve». En su discurso, Francisco se ha acordado de las regiones de África y Oriente Medio que sufren la guerra. Y especialmente de Ucrania, que sufre «un conflicto terrible que no ve el final y ha provocado muertos, heridos, dolores, éxodos y destrucciones».

El Papa ha señalado a los asistentes al encuentro internacional de oración que, ante las dificultades del mundo, «uno no puede resignarse». Y ha añadido que desafíos así requieren «la audacia de la paz». «No basta con el realismo, las consideraciones políticas ni los aspectos estratégicos». Francisco ha considerado que, de solo tener en cuenta esos factores, «la guerra continúa». Es ahí donde ha pedido desarrollar «la audacia de la paz», pues a su juicio «hay demasiados conflictos que duran demasiado tiempo y algunos parecen no tener fin». Ha lamentado que «en un mundo donde todo va rápido, solo el fin de la guerra parece suceder despacio».

Finalmente ha animado a «derribar el muro de lo imposible, erigido sobre argumentos que parecen irrefutables, sobre el recuerdo de tantas penas pasadas y grandes heridas sufridas». «Es difícil, pero no imposible para los creyentes que viven la audacia de una oración esperanzada». Y ha empujado a los jóvenes «a pedir que se abran vías de paz, sobre todo para la querida y martirizada Ucrania». «Tengamos confianza en que el Señor siempre escucha el grito angustiado de sus hijos», ha concluido.