Padres pobres, hijos pobres - Alfa y Omega

Padres pobres, hijos pobres

Según el último informe FOESSA, ocho de cada diez personas que experimentaron dificultades económicas graves en su infancia o adolescencia viven después en hogares pobres

Ricardo Benjumea
Raúl Flores, coordinador del último informe FOESSA, y Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española. Foto: Cáritas

«Tener hijos es hoy uno de los mayores factores de riesgo en el Estado español», afirma Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española. Esta es una de las principales conclusiones del último estudio de la Fundación FOESSA, presentado el 7 de abril en Madrid.

Mientras que la tasa de pobreza es del 16 % en los hogares sin menores, la cifra prácticamente se duplica (28 %) cuando hay niños a cargo. En el caso de los hogares monoparentales, la tasa de pobreza es del 42 %, y llega hasta el 44 % cuando se trata de familias numerosas (tres o más hijos a cargo).

Tras Rumanía y Bulgaria, España es el tercer país de la UE con más pobreza infantil, lo que, a juicio de Cáritas, se debe a la práctica ausencia de inversión pública en familia e infancia (1,3 % frente al 2,2 % de media europea).

Cáritas destaca que, en el pasado, el grupo con mayor riesgo de pobreza era el de los mayores, pero esto se ha conseguido revertir gracias al sistema de pensiones y a otras inversiones. La explicación, a juicio de Mora, es que se trata de políticas públicas que nadie cuestiona, mientras que, por el contrario, se asume que los hijos son responsabilidad exclusiva de sus padres.

Otro de los datos preocupantes del informe es que la pobreza se hereda. «Atendemos hoy en Cáritas a los nietos de aquellos a los que atendimos hace 30 años», resumió el coordinador de la investigación, Raúl Flores. Ocho de cada diez personas que padecieron dificultades económicas graves en su infancia o adolescencia viven después en hogares pobres al llegar a la edad adulta. Por otro lado, en ocho de cada diez familias con padres sin estudios de Primaria los hijos no han completado los estudios de Secundaria, lo cual equivale a una condena casi segura a la pobreza. De ahí que, según Flores, la igualdad de oportunidades sea hoy en España más un eslogan vacío de sentido que una realidad.

La brecha social se ha agravado con la crisis económica, pero los años anteriores de bonanza tampoco sirvieron para reducirla. Sebastián Mora pidió «un cambio de paradigma». «Hemos hecho un parón» con el argumento de que «necesitábamos recuperarnos económicamente para después recuperar a las personas», y por tanto es necesario «exigir sacrificios», añadió. Pues bien, «este informe nos demuestra que ese es un modelo fallido que genera una sociedad más injusta».

¿Significa esto que los hijos de aquellas familias que han caído durante los años de crisis en la pobreza están inexorablemente condenados a reproducirla? Sebastián Mora cree que no. El informe no es determinista. «Seguramente llegamos algo tarde, pero es el tiempo que tenemos y hay que aprovecharlo, no insistiendo en modelos» que han fracasado. Además de ayudas universales a la familia, Cáritas propone una batería de medidas, que van desde el aumento de la inversión en educación, de modo que la calidad de la enseñanza de los hijos no dependa de la capacidad económica de los padres, a recuperar la cobertura sanitaria universal, para garantizar una crianza saludable y evitar la formación de nuevas bolsas de exclusión social.