Padre Aumente, premio Ponle Freno: «En la carretera somos muy frágiles y tenemos que cuidarnos unos a otros»
El director del departamento de Pastoral de la Carretera de la CEE ha recibido un reconocimiento especial a su trayectoria de manos del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska
El viernes pasado, el padre José Aumente, director del departamento de Pastoral de la Carretera en España, recibió el premio Ponle Freno que conceden las fundaciones Atresmedia y Axa, en un acto en el Senado que presidió el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
La noticia del premio le cogió trabajando en la próxima Jornada Enjugar las lágrimas, que se celebra el próximo 31 de mayo, para acercarse a los que han sufrido un grave accidente y a los familiares de los que han perdido a un ser querido en la carretera. «Cuando me llamaron, pensé que era una broma de algún amigo –afirma–, pero luego me hizo una ilusión enorme; no por mí, sino por el hecho de que la sociedad civil se haya fijado en esta pastoral y la valore».
El padre Aumente conoce de primera mano el zarpazo que deja a veces la carretera en las familias, pues hace años perdió a un sobrino de apenas 9 años, atropellado poco tiempo después de haber recibido la Primera Comunión.
«La carretera deja heridas que no se cierran nunca», afirma, «por eso es vital que la Iglesia se acerque a los familiares que han perdido algún ser querido por este motivo». ¿Su receta? «Sensibilidad y pocas palabras», responde. «No se trata de compadecer sino de acompañar; que el otro sepa que estás ahí y que lo sientes tanto como él. Eso es compasión».
Para el director de Pastoral de la Carretera de la CEE, «esto es Iglesia en salida», una Iglesia «que se hace cercana como buena samaritana al dolor de la gente. Es una pastoral de calle, no de sacristía, y es bueno que la sociedad la reconozca».
«Soy la mujer de Alberto, uno de los tres fallecidos en el accidente de Tordesillas. Él era natural de Cervera de Pisuerga y residíamos en Palencia. En la parroquia se han volcado con mi hijo y conmigo, y son una gran ayuda para superar su pérdida.
Quería ponerme en contacto con usted para agradecerle tanto la misa que les ofreció tras el desgraciado accidente y el recuerdo tan bonito que ha tenido el otro día en los premios Ponle Freno para ellos asimilándoles al Buen Samaritano. No sabe lo agradecida que estoy por sus palabras y por tenerles tan presentes.
También darle la enhorabuena por el premio recibido, ¡más que merecido! Me consta la implicación que tiene en estos tipos de accidentes.
En nombre de mi hijo, familiares de Alberto y el mío propio le mandamos un saludo muy cariñoso».
Y no solo la sociedad en general: cuando recibió el premio, sus palabras en el Senado se hicieron virales y ese fin de semana se puso en contacto con él la viuda de un camionero fallecido en enero al ser atropellado cuando intentaba ayudar a un compañero accidentado.
«Lo que me dijo me hizo llorar», reconoce emocionado. «A esa mujer le llegó al alma que su marido muriera como buen samaritano. Y así tenemos que ser todos en la carretera».
Para el padre Aumente, «la Iglesia tiene muchos hijos que salen a trabajar jugándose la vida, transportistas que se pasan horas y días delante un volante, haciendo para todos nosotros un servicio público. Tenemos que respetarlos y tener para ellos palabras de aliento y de gratitud».
Y a todo aquel que se pone al volante pide reconocer que «las normas no están hechas por capricho. No podemos arriesgar la vida ni la salud, ni la nuestra ni la de los demás. No podemos atosigar, ni humillar, ni ser prepotente, sino prudentes. Somos muy frágiles y tenemos que cuidarnos unos a otros. Los vehículos son una bendición de Dios, pero si los usamos mal se vuelven contra nosotros».