Otras 35 organizaciones religiosas desinvierten 500 millones en combustibles fósiles

Otras 35 organizaciones religiosas desinvierten 500 millones en combustibles fósiles

Mientras las mayores empresas de hidrocarburos siguen desarrollando decenas de proyectos que alejan el objetivo de frenar el calentamiento global, las instituciones religiosas son el sector que más ha desinvertido

Redacción
Desinversión contra el cambio climático
Las grandes compañías de hidrocarburos siguen desarrollando grandes proyectos. Foto: CNS.

35 organizaciones religiosas de seis países, cuyos activos suman más de 1.230 millones de euros, anunciaron el martes su desinversión en empresas de combustibles fósiles. Entre las instituciones participantes se encuentran algunas organizaciones católicas, como cinco diócesis de Irlanda y dos de Canadá. La desinversión católica supera los 490 millones de euros. Este anuncio ha sido organizado por el Movimiento Laudato Si’, el Consejo Mundial de Iglesias, Operation Noah, Green Anglicans y GreenFaith, entre otros.

El padre Joshtrom Kureethadam, Coordinador del Sector de Ecología en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (Vaticano), que asiste al trabajo del Papa Francisco en materia de medio ambiente, enfatizó la importancia de este anuncio. «En 2020, el Vaticano pidió a las instituciones católicas que desinvirtieran de las empresas de combustibles fósiles dado su daño al medio ambiente».

Por eso, además de aplaudir el paso dado, animó «a todas las instituciones del mundo a que reduzcan nuestra dependencia de estas fuentes de energía tan dañinas desinvirtiendo de los combustibles fósiles». De esta forma, «pueden vivir nuestros valores y ayudar a los más vulnerables entre nosotros. Si queremos lograr la paz y garantizar un planeta habitable para todos, incluidas las generaciones futuras, tenemos que acabar con nuestra dependencia de los combustibles fósiles, que alimentan la actual crisis climática».

Religiosos, en vanguardia

Los líderes religiosos están llamando a la acción. Hace unos días, los obispos africanos reunidos en el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, emitieron una declaración en la que solicitan a los gobiernos a tomar medidas urgentes y ambiciosas para proteger la biodiversidad.

Una de sus principales peticiones es la paralización inmediata de la construcción del oleoducto de África Oriental (EACOP por sus siglas en inglés), previsto en Uganda y Tanzania. Este oleoducto desplazará a más de 12.000 familias.

En cuanto a las finanzas, el Consejo Mundial de Iglesias solicitó a todos sus miembros que sostengan una gestión financiera «responsable con el clima», asegurando que «a través de nuestros fondos de pensiones, bancos y otros acuerdos de servicios financieros no seamos cómplices de la financiación de las industrias de combustibles fósiles que destruyen el clima». El Vaticano también ha recomendado a los inversores que desinviertan en empresas de combustibles fósiles.

El informe Invest/Divest 2021 reveló que las instituciones religiosas representaban más del 35 % de todos los compromisos de desinversión a nivel mundial, más que cualquier otro sector. Más de 1.500 instituciones de todos los sectores, con activos combinados de más de 40 billones de dólares, han asumido ya algún tipo de compromiso de desinversión en todo el mundo, desde un punto de partida de 50.000 millones de dólares en 2014.

«Bombas de carbono»

El anuncio de desinversión global del martes se produjo tras una investigación de The Guardian sobre las mayores empresas de combustibles fósiles del mundo. Y sobre cómo tienen en marcha decenas de proyectos de petróleo y gas. Estas «bombas de carbono» llevarían al mundo a superar el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC y podrían provocar el desplazamiento de cientos de millones de personas.

Solo nueve meses después de que los líderes mundiales se comprometieran a «mantener vivo el 1,5ºC» en la conferencia COP26 de Glasgow, veinte empresas de combustibles fósiles siguen adelante con sus planes de expansión. Mientras tanto, muchos gobiernos —como los de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Noruega y Australia— siguen aprobando nuevos desarrollos de combustibles fósiles que pondrán el 1,5°C fuera de su alcance.