Omella sobre el primer anuncio: «No se evangeliza como un llanero solitario»
El arzobispo de Barcelona ha recordado en la inauguración del Encuentro de Laicos sobre el Primer Anuncio que al demonio «solo se le vence en comunión con Jesucristo y entre nosotros»
«Hoy, 16 de febrero, hace exactamente cuatro años que concluía el Congreso de Laicos Pueblo de Dios en salida. Muchos de nosotros estuvimos allí y vibran aún nuestros corazones al recordarlo», ha dicho Dolores García Pi, miembro del Consejo Asesor de Laicos, que se creó el mismo 2020 a raíz de este encuentro. Lo ha hecho durante la inauguración y presentación orante del Encuentro de Laicos sobre el Primer Anuncio que organiza la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida del 16 al 18 de febrero en la Fundación Pablo VI.
En la primera jornada de esta cita, García Pi ha invitado a «reconocer el camino recorrido», «identificar el momento en el que ahora estamos» y descubrir «los retos que tenemos por delante y las oportunidades que nos ofrece el primer anuncio». Este término hace referencia a una evangelización sencilla y de corazón a corazón al margen de otras consideraciones teológicas.
Tras las primeras palabras de García Pi, ha subido al escenario de la Fundación Pablo VI el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza. «Ustedes no saben lo alegre y contento que estoy porque todos están alegres en el Evangelio», ha confesado en su saludo el representante del Papa, quien ha enviado además a los presentes «su bendición apostólica».
«Ya son varias décadas en las que, especialmente en Europa, el hombre viene marcado por la secularización», ha diagnosticado el filipino. Para hacer llegar la fe a los demás ha recalcado la necesidad de que «el anuncio de la persona de Cristo y su mensaje de salvación no pierdan nunca, en ningún momento, su primitiva novedad y su frescura». Y les ha asegurado su oración «por vuestro trabajo en este fin de semana con el objetivo de buscar las pautas que hacen de vuestra actividad una acción eficaz con la confianza puesta en el Señor».
Posteriormente, al tomar la palabra, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha bromeado con que «es muy difícil que un cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal sea breve». Por ello, no ha leído su discurso y ha propuesto a los asistentes «dejar que hable mi corazón». «Lo que llevamos en el corazón todos es esa palabra grabada: “Id al mundo entero y predicad el Evangelio”, es el encargo que nos hicieron en el día de nuestro bautismo a todos», ha señalado.
El purpurado ha explicado que Benedicto XVI ya advertía de que el primer anuncio «no es darle una lección a alguien, que lo duermes, sino sacudirle el corazón». «Y ante el amor, ¿quién se resiste?», ha preguntado a los participantes en el encuentro, a quienes ha invitado a hacer su predicación «en comunidad, en sinodalidad».
«No se evangeliza como El llanero solitario de las películas, que sale con el caballo a matar a los malos», ha explicado. Y ha avisado de que, aunque «el demonio existe, solo se le vence en comunión con Jesucristo, entre nosotros y con la gran virtud de la humildad».
Tras esta inauguración y presentación orante, los participantes en el Encuentro de Laicos sobre el Primer Anuncio pasarán juntos un fin de semana en el que compartirán claves para evangelizar la familia y el trabajo, dialogar con la increencia u organizar actividades juveniles que tengan a Jesús en el centro y trasciendan los meros campamentos urbanos.