Omella afirma que la Santa Sede avala los pasos de la Iglesia española en materia de abusos
El Papa ha recibido este viernes al segundo grupo de obispos españoles en visita ad limina
Más de dos horas de diálogo en un clima de fraternidad, libertad y con buen humor. Así ha sido el encuentro que el Papa Francisco ha mantenido este viernes con el segundo grupo de obispos españoles en visita ad limina, de las provincias eclesiásticas de Barcelona, Tarragona y Valencia.
«El Papa se sitúa en un plano de igualdad. Fue como un diálogo de familia, sin hablar desde la autoridad», ha reconocido en rueda de prensa el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José Omella. «Hemos visto al Papa como es. Transparente, muy libre y con sentido del humor», ha añadido el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares.
En este clima es donde se han planteado los más diversos temas. Desde el reto de la evangelización, el peligro de las ideologías y la polarización, las migraciones, la ideología de género, el papel de la mujer en la Iglesia o los abusos sexuales a menores…
Sobre esta última cuestión, los obispos han señalado que tanto la Santa Sede como el Papa Francisco avalan los pasos que están dando en este sentido. De hecho, el cardenal Omella ha defendido que la investigación de los casos se lleve a cabo en cada diócesis —y no a nivel general— por ser una atención «más cercana y humana», y ha confesado que «a la Santa Sede le ha parecido bien».
El arzobispo de Barcelona también se ha referido al informe realizado por El País y remitido a las distintas diócesis para recalcar que son varias las que se están poniendo en contacto con el periódico para recabar más datos y poder llevar a cabo las pesquisas.
«Ante el tema de los abusos todos sentimos un gran dolor y tenemos un deseo de acompañar a las víctimas y de que estos hechos no se vuelvan a repetir. Ojalá otras instituciones hagan este camino para evitar ese mal que afecta a tantos ámbitos de la sociedad», ha agregado.
Por su parte, el cardenal Cañizares ha defendido el trabajo de las diócesis en nuestro país que, en su opinión, se está realizando «con la máxima prudencia», una circunstancia que «nos ha ratificado el Santo Padre».
Ante la pregunta de por qué las víctimas no se han puesto en contacto con la propia Iglesia y sí con un periódico, Omella ha dicho que quizás «no se ha comunicado bien» que había oficinas para recibirlas y ha agradecido a El País este servicio. «Estamos dispuestos a investigar», ha insistido.
Visita a España y polarización política
En otro orden de cosas, seguirá la duda sobre la visita del Papa Francisco a España con motivo del Año Santo Compostelano. Los obispos han vuelto a insistir para que vaya a Santiago y también a Manresa, pero no hay respuesta definitiva. «El Papa tiene mucho interés en un viaje a España. Depende de la salud, de la COVID-19 y de los otros viajes que tiene programados a las periferias», ha explicado Omella.
También ha habido tiempo para hablar de política, aunque fue a nivel general. El Pontífice ha puesto en valor la política como «arte de servir al pueblo» y también su modo de ejercerla «con dignidad» y evitando «los partidismos y la polarización».
Los asuntos más específicos, como la relación entre la Iglesia y el Gobierno de España, se trataron en la reunión con la Secretaría de Estado. El presidente del episcopado español ha reconocido que «el diálogo existe» con las autoridades, que hay coincidencias en asuntos relacionados con el bien común y mayores discrepancias en cuestiones morales.
«Nuestro deber fundamental es hacer presente el Evangelio en nuestros ambientes y debemos evitar toda ideología que pueda conllevar polarización. Tenemos que curar las heridas de la polarización política», ha añadido el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas.
Los tres arzobispos han recalado la importancia de la evangelización en nuestros días en un momento de «indiferencia hacia la fe». «Se trata, en definitiva, de ayudar a los hombres a que se abran a Dios y que crean», ha dicho el cardenal Cañizares. «Vale la pena seguir evangelizando», ha apostillado Omella.