Ocho criterios para orientar el voto católico en las elecciones, según Comunión y Liberación
Este movimiento muestra su preocupación por el intento de control del poder judicial y por «leyes radicales y sectarias» como las del aborto, eutanasia o trans
Comunión y Liberación ha hecho público este jueves un comunicado en el que ofrece una serie de criterios y prioridades a la hora de ejercer el voto que, en su opinión, no es una cuestión meramente individual, sino que tiene una dimensión comunitaria. Tiene que ver con el pacto constitucional, el respeto de las instituciones.
Antes de nada, señala algunas preocupaciones. Por ejemplo, considera que «se está produciendo un cuestionamiento práctico del pacto constitucional mediante una ruptura de grandes consensos y el asalto a las instituciones». Cita, por ejemplo, «el intento de control del poder judicial».
También inquieta el intento de cambio cultural a través «de ingeniería social», esto es, con leyes «radicales y sectarias como las de eutanasia, aborto, memoria histórica, trans, educación…». De hecho, afirma que en las citadas propuestas «se observa una sustitución de la realidad por proyecto ideológicos caracterizados en muchos casos por la demagogia y la superficialidad».
O el apogeo de la dialéctica de los contrarios, «con una polarización exacerbada que impide una verdadera conversación nacional». «La política no debe convertirse nunca en una trinchera, debe ser lugar de discusión y, cuando sea posible, de acuerdo», recoge el texto.
En este contexto, recoge que el voto de los católicos debería apoyar una fórmula política viable que tenga en cuenta los siguientes aspectos:
Porque, según Comunión y Liberación, «protege un estilo de convivencia que se acerca o hace más factible la amistad cívica». Aunque no es perfecto, añade, no hay alternativa mejor.
Esto favorece «una convivencia tranquila y previene frente a las arbitrariedades del poder».
«El Estado tiene una importante función al servicio del bien común, pero rechazamos el adoctrinamiento ético y el intervencionismo cultural, especialmente reflejado en algunas leyes recientemente aprobadas. El Estado debe respetar y valorar a los diversos sujetos sociales», recoge.
Y la valoración positiva de su aportación al bien común de familias, asociaciones y comunidades religiosas.
«Es un derecho fundamental, también es la mejor garantía para el pluralismo y la convivencia armónica».
«Es una cuestión capital, porque el hecho de que la Iglesia exista en todas sus dimensiones coincide con el bien del mundo».
Es «el factor esencial de educación, armonía y estabilidad» y el ámbito «privilegiado para cuidar y promover la vida».
En este punto, Comunión y Liberación subraya que hay que tener muy presentes a los más vulnerables: parados de larga duración, migrantes, ancianos solos, enfermos terminales y los no nacidos.
La nota concluye con una referencia a un texto del libro Fe, verdad, tolerancia del cardenal Ratzinger: «En el curso de nuestra historia humana no existirá nunca un Estado absolutamente ideal y nunca podrá establecerse un ordenamiento definitivo de la libertad […] Podremos establecer ordenamientos que serán únicamente relativos […] pero debemos esforzarnos por llegar a la máxima aproximación a lo que es verdaderamente justo».