Los tres encargos del Papa a los franciscanos por sus 800 años - Alfa y Omega

Los tres encargos del Papa a los franciscanos por sus 800 años

El Papa ha escrito una carta a la familia franciscana felicitándola por los ocho siglos desde que Honorio III confirmó la regla de los Hermanos Menores

Rodrigo Moreno Quicios
El Pontífice reza ante la tumba de san Francisco, en Asís, el 4 de octubre de 2013. Foto: Efe / Gian Matteo Crocchioni

Con motivo de los 800 años de la confirmación de la regla de los Hermanos Menores por el Papa Honorio III en 1223, el Papa Francisco ha dedicado en la tarde del 29 de noviembre una carta a toda la familia franciscana. «Es una ocasión propicia no solo para recordar un acontecimiento histórico, sino sobre todo para revivir el mismo espíritu que inspiró a Francisco de Asís a despojarse de todo y dar origen a una forma de vida única y fascinante por estar enraizada en el Evangelio», les dice.

En su misiva, el Papa recuerda algunas de las normas que san Francisco de Asís puso a esta congregación. La primera, «observar el santo Evangelio». El Papa la define como «una síntesis esclarecedora de toda la regla» porque «para san Francisco, el Evangelio estaba en el centro de su existencia y la Iglesia aprobó su propósito, devolviéndoselo a él y a todos vosotros, franciscanos, como un texto que ya no expresa solo la intuición espiritual de un fundador, sino una forma de vida». Y los emplaza a, cuando lo necesiten, «volver a los fundamentos de un compromiso cristiano y bautismal, capaz de inspirarse, en cada elección, en la Palabra del Señor».

La segunda norma que el Papa recuerda es «permanecer en la Iglesia». Y cita el apartado de la regla que cuenta cómo «el hermano Francisco promete obediencia y reverencia al señor Papa Honorio y a sus sucesores canónicamente elegidos y a la Iglesia romana». Para el Pontífice, ese vínculo de «obediencia y reverencia» al sucesor de san Pedro supone «un elemento esencial para la fidelidad a la llamada y recibir a Cristo en la Eucaristía». Y pide a los franciscanos «apoyar tenazmente a la Iglesia, repararla con el ejemplo y el testimonio, incluso cuando parezca que cuesta más».

El tercer encargo que recuerda el Papa es «salir al mundo». «Significa realizar concretamente la vocación itinerante en un estilo de fraternidad y de vida pacífica, sin riñas ni disputas ni entre vosotros ni con los demás, dando prueba de minoridad, con mansedumbre y docilidad, anunciando la paz del Señor y confiándoos a la Providencia», describe Francisco. Añade además que este «es un programa especial de evangelización, posible para todos». Finalmente, el Papa les encarga dar testimonio de su elección de vida convirtiéndose «en signo evangélico elocuente y mostrando a nuestra época, desgraciadamente marcada por guerras y conflictos, egoísmos de todo tipo y lógicas de explotación del medio ambiente y de los pobres, que el Evangelio es realmente la buena noticia para que la humanidad redescubra la mejor dirección para construir una nueva humanidad».