Nuevo impulso a SOI, un sindicato según la doctrina social de la Iglesia

«Hoy los grandes sindicatos están muy politizados. Nosotros preferimos ser pequeños pero libres, a ser grandes pero estar manipulados», afirma Carlos Temiño, presidente del Sindicato Obrero Independiente (SOI), que acaba de iniciar una nueva etapa con la inauguración la semana pasada de sus nuevas instalaciones, bendecidas por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta.

El sindicato tiene a día de hoy presencia en empresas punteras en la provincia de Burgos, como Campofrío, Lear Ardasa o Ubisa, y ofrece a sus socios servicios como charlas formativas, asesoría laboral, consulta y asistencia jurídico-laboral. Además, oferta la posibilidad de solicitar viviendas en régimen de alquiler, actividades culturales, deportivas y recreativas, servicios sociales y de guardería y acceso a colegios de primaria, secundaria y formación profesional.

«Nosotros trabajamos siguiendo los principios de la doctrina social de la Iglesia, en la que lo más importante es la persona, por encima de cualquier otra cosa», asegura Temiño.

Además, «funcionamos de abajo a arriba, y no al revés. Son los afiliados y delegados sindicales los que marcan las directrices de nuestra actividad», afirma el presidente de SOI, que ve esencial «tener en cuenta las circunstancias de cada empresa», ya que «no se puede luchar por lo mismo en todas partes, porque habrá compañías a las que les irán las cosas mejor y a otras peor. Habrá veces en las que tendrás que moderar las reivindicaciones porque lo primero es conservar el trabajo. No vale el café para todos».

En cualquier caso, pese a que «la inmensa mayoría de sindicatos tiene una ideología política», desde SOI buscan «respetar la dignidad de cada trabajo y que haya salarios justos, porque lo primero es el trabajador, por encima del beneficio».

«Al final –concluye Temiño– lo mejor que tiene cualquier empresa es su plantilla, y tiene que cuidarla», lo que se complementa con el deber del trabajador de «rendir al 100 %, porque el trabajo es lo que te dignifica, no lo que te martiriza».