Nuevo escenario de emergencia social
La inflación, la guerra en Ucrania, la pandemia o la huelga de transportes se han solapado para volver a poner al país en crisis. La campaña Ningún Hogar Sin Alimentos, a favor de la Federación Española de Bancos de Alimentos, aspira a contribuir para salir de ella
Cuando Paco descuelga el teléfono se escucha una voz demasiado ronca. El sonido roto de sus palabras anticipa una vida laboral hecha añicos, que saltó por los aires después de una hoja de servicios de 22 años ininterrumpidos en la misma empresa. «Llegó un día cualquiera y me despidieron. Luego encontré dos trabajitos por ahí, pero caí enfermo y también me echaron. Actualmente, llevo más de tres años en el paro», resume en conversación con Alfa y Omega. Con 52 años, ha perdido toda esperanza de encontrar un trabajo y se resigna a ir tirando con la ayuda de la asistente social y lo que consigue su mujer, que «trabaja como empleada del hogar tres horas a la semana». Paco está casado y tiene dos hijas que rondan la veintena.
En estas circunstancias, la inflación de los precios ha sido un auténtico mazazo. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el mes de abril ha presentado una subida interanual del 8,4 % en el Índice de Precios al Consumo, una cifra preocupante a pesar de que es algo inferior a la de marzo, cuando se alcanzó un 9,8 %. ¿En qué se traducen estos datos? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alertaba recientemente en un informe de que cinco de cada seis productos en el supermercado salen más caros que hace un año, y de que el coste de la cesta de la compra ha subido un 10 % respecto a 2021. La OCU prevé, además, que en el año 2022 cada hogar gastará 500 euros más que el año anterior en alimentos calificados como básicos.
Para Paco y su familia es imposible afrontar esta escalada en los precios y tienen que acudir regularmente al economato de Cáritas Alcoy, en el que pueden hacer la compra a un precio tres veces inferior al que encontrarían en un supermercado cualquiera. «Vamos un vez al mes y nos gastamos 18 euros en llenar el carro. La verdad es que es una gran ayuda. Sin ellos no tendría ni para pipas», concluye.
Como ellos, otras 308 familias acuden al establecimiento a por comida. «Son unas 30 más que el número con el que cerramos el año pasado», se lamenta Juanjo Garrido, director del economato, que achaca el crecimiento al solapamiento de la pandemia con la inflación y los efectos de la guerra en Ucrania. Todo ello ha provocado también el cambio en el perfil de la gente que acude. «A las personas en exclusión social se ha sumado gente que quizá tenía una pequeña industria y que ahora está en el paro. El otro día me encontré, por ejemplo, con un cámara de Canal Nou. Viene incluso alguno que actualmente tiene trabajo, pero que con su sueldo no llega a fin de mes», reconoce el responsable.
El mismo economato se ha visto afectado por la subida. «La gente tiene menos dinero para donar y nos entran menos ingresos por ahí». Con las empresas pasa algo parecido. «Antes nos pagaban palés enteros de productos y ahora son más cautos, porque están mirando su provisión de fondos». Por otro lado, «nosotros tenemos que gastar más dinero para comprar los mismos productos que antes, con los que abastecemos el economato. Pero, por ejemplo, el camión me costaba 2.600 euros y ahora no baja de los 3.000». La diferencia, según Garrido, ha repercutido en algún producto, «pero la mayor parte la asumimos nosotros mismos».
Repartimos lo que tenemos
Más allá del ámbito eclesial, la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) habla de un nuevo escenario de emergencia social. En su caso, prevé un aumento de la demanda de ayuda del 20 %, pero el crecimiento del IPC y el menor poder adquisitivo de los españoles ha provocado una caída en las donaciones que, a su vez, ha hecho que la entidad tenga que reducir en más de un 10 % la cantidad de alimentos que distribuyen. «Por un lado, tenemos la curva de crecimiento del número de beneficiarios y, por otro, la otra curva de ingresos de productos alimentarios que va bajando. De esta forma, la horquilla se va separando cada vez más y empezamos a tener problemas serios», subraya Pedro Miguel Llorca, presidente de FESBAL. «Esta misma semana vinieron al banco de alimentos de aquí de Las Palmas –que también preside Llorca– un par de representantes de entidades benéficas que se quejaban de que lo que les estábamos dando no era suficiente. Y yo lo único que podía decirles es que nosotros repartimos todo lo que tenemos, pero no podemos repartir lo que no tenemos», afirma el responsable. De hecho, ha habido momentos de desabastecimiento. «Nos faltaban productos como la leche o el aceite», aunque esta carencia venía motivada por la huelga del sector de los transportes. «Si repartíamos entre 100 y ahora lo tenemos que hacer entre 200 con la misma cantidad de productos, o incluso con menos, pues las cuentas no cuadran», concluye Pedro Llorca.
Para ayudar a la entidad a que cuadren sus números, la Fundación “la Caixa” y Caixabank lanzaron hace una semana la tercera edición de la campaña Ningún Hogar Sin Alimentos, una iniciativa que nació en el contexto de la pandemia, pero que se ha decidido mantener en esta ocasión ante ese nuevo escenario de emergencia social del que habla FESBAL. «La crisis no ha menguado, en absoluto, sino que se ha incrementado con la inflación de los precios y ahora no solo afecta a más personas, también se cronifica en aquellos que ya eran vulnerables antes de todo esto», explica Joana Prats, directora del Departamento de Colaboraciones con Entidades Sociales y Proyectos Transversales de la Fundación “la Caixa”.
La campaña se trata de una recogida de donativos un tanto especial, cuyo beneficiario es FESBAL y que tiene la particularidad de comenzar con un millón de euros. «Nosotros aportamos esta cantidad desde el principio para tratar de incentivar la solidaridad de los ciudadanos», subraya Prats. Entre las dos ediciones previas, Ningún Hogar Sin Alimentos recaudó 5,5 millones de euros.
Quien quiera participar en el proyecto, que se lanzó hace una semana y estará activo hasta finales del mes de junio, lo puede hacer a través de la red de cajeros y oficinas, a través de la web de La Caixa (caixabank.es) o por medio de Bizum en el número 38014.