Nuevas restricciones en Melilla y Cantabria: «injustas» y anticonstitucionales

«No parece proporcionado ni procedente»: así ha calificado Manuel Sánchez Monge, obispo de la diócesis de Santander, el criterio del gobierno regional de Cantabria de limitar a un máximo de diez personas el aforo en los templos de Laredo, Polanco, Santa María de Cayón y Colindres, municipios sobre los que ha decretado el cierre perimetral.

El prelado critica así una limitación «en términos absolutos» cuando la superficie y volumen de los templos de las zonas afectadas «son muy diversos». Además, este criterio de numerus clausus es «injusto», porque «impide el ejercicio del derecho fundamental de la libertad de culto que recoge el artículo 16 de nuestra Constitución a personas que podrían ejercerlo en nuestros templos sin poner en riesgo la salud propia y ajena».

En el comunicado hecho público por la diócesis cántabra, el obispo defiende que su criterio lo conoce el consejero de sanidad desde septiembre pasado, y le hace llegar su «firme oposición» a las medidas en espera de que sus razones «sean escuchadas».

Madrugón para ir a Misa

La disconformidad del obispo de Santander se une a la protesta de del vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, contra la decisión del presidente de la ciudad autónoma de decretar el cierre de todos los templos de culto –incluidas iglesias, mezquitas y sinagogas– desde las 08:00 horas hasta la medianoche, lo que ha obligado a adelantar las Misas a las 07:00 horas de la mañana.

El vicario ha escrito al responsable político de Melilla señalando que «no tiene en absoluto capacidad legislativa para dictar normas que puedan afectar al ejercicio del derecho a la libertad religiosa, condicionando el mismo mediante horario de cierre».

En su carta, el vicario ha advertido que «el ejercicio de un derecho fundamental como es el de la libertad religiosa, contemplado en el artículo 16 de la Constitución española, nunca puede ser menoscabado haciendo caso omiso de toda cobertura legal».

Por este motivo, le ha pedido que «reconsidere el cierre» de las iglesias, porque «contra todo procedimiento y sin añadir un ápice a la lucha contra la pandemia solo conseguirá menoscabar de modo esencial la libertad religiosa de los fieles cristianos».