«Nuestra hija con discapacidad no es una causa de daños psicológicos, sino de alegría»
Las personas con discapacidad «nos hacen conscientes a todos del valor de la vida», y son «un bien para los que estamos cerca de ellos». Javier y Techus son los padres de María, una chica de 16 años con síndrome de Down que es la alegría de la casa. Su testimonio cerró Tsunamis de vida, una serie de vídeos realizados por un grupo de universitarios para reflexionar sobre el valor de la vida (se puede ver aquí). En esta entrevista, reflexionan sobre la discapacidad como posible supuesto para abortar.
¿Qué les parece que la vida de su hija María esté supeditada al daño psicológico que su discapacidad les pudiera causar?
Nos parece que la vida de cualquier persona es demasiado importante como para supeditarla a un supuesto daño que los padres podamos sufrir. También los otros hijos normales nos pueden dar disgustos, y no por eso los vamos a suprimir. La vida está llena de alegrías y sufrimientos, y querer eliminar estos últimos es un error, además de ser imposible. Además, nuestra hija no es una causa de daños psicológicos, sino una fuente de alegría para todos los que la rodean.
¿No les preocupa qué vaya a ser de ella cuando ustedes falten?
Claro que nos preocupa. Cuando llegue el momento tomaremos las medidas que podamos y creamos más convenientes. (Pero no vemos muy bien qué tiene que ver esto con el aborto).
¿Qué le dirían al Gobierno, ante la posibilidad de que siga permitiendo el aborto eugenésico por la puerta de atrás?
Que todo el mundo tiene derecho a la vida. Y que haya personas que no cumplen el ideal moderno, y no sean guapas e inteligentes, nos hace conscientes a todos del valor de la vida. Por lo tanto, el que existan estas personas es un bien para todos y deberían apoyarlo y no facilitar su eliminación. Los discapacitados no son un mal que hay que corregir, sino un bien para los que estamos cerca de ellos, y son portadores de derechos, como todos.