Cooperativa La Corriente: «Nos mueve la idea de producir menos emisiones de C02»
El analista de mercados energéticos Pablo Izaguirre creó en 2015 La Corriente, una cooperativa que comercializa electricidad 100 % renovable para sus socios
Pablo Izaguirre tenía un trabajo que no le entusiasmaba demasiado, como analista de mercados energéticos. A esto se le unió que «veía que la situación del mercado eléctrico español era muy mala y muy injusta para los clientes», describe al hablar con Alfa y Omega. «Había mucha desprotección de los consumidores frente a las grandes empresas energéticas, empezando por una regulación que estaba hecha de una manera que es difícil de entender», justifica. Por todo ello, dejó su trabajo en 2014 y se dedicó durante un año y medio a montar la Sociedad Cooperativa La Corriente. «Lancé la idea en la plataforma Por un nuevo modelo energético y se empezó a formar un grupo de trabajo que, con el paso del tiempo, derivó en la fundación de la cooperativa en 2015», aunque «no tuvimos licencia para la comercialización de electricidad hasta 2019 y tuvimos que funcionar durante algunos años como oficina comercial de otra empresa».
La idea de «las cooperativas energéticas es que los consumidores se unan para darse a sí mismos un servicio», explica Izaguirre. Este servicio «puede ser la generación de electricidad», objetivo que se planteó La Corriente al inicio de su actividad pero que tuvieron que descartar por no contar con el capital suficiente. Así que «lo que hacemos es montar una central de compras que va al mercado mayorista de electricidad y compra electricidad al por mayor para que nuestros socios tengan electricidad en sus casas al precio más ajustado posible», detalla el presidente de la sociedad. El truco está en subir un escalón en el proceso energético, eliminar al intermediario, y convertirse en suministrador de su propia energía.
Más allá de abaratar costes, en los orígenes de la Sociedad Cooperativa La Corriente también se encontraba la idea compartida con el Papa Francisco de cuidar la casa común, a pesar de que Izaguirre reconoce que no ha leído los documentos del Pontífice al respecto. «Desde el principio, la cooperativa solo tenía sentido si estaba ahí para promover el desarrollo de las energías sostenibles». Además de ofrecer un servicio energético a un precio razonable, «nos mueve la idea de producir menos emisiones de CO2 y que nuestro modelo de consumo sea más sostenible en el futuro». De hecho, «la energía eléctrica que comercializamos es 100 % renovable». Y si el Santo Padre «habla de estas mismas cuestiones, claro que lo apoyamos. Cualquier llamamiento a la sostenibilidad me parece bien».
El valor del consumo
Para Pablo Izaguirre, que participará como ponente en el acto previo de Economía de Francisco organizado en el CEU, la historia de La Corriente demuestra que las personas podemos cambiar las cosas. «Es verdad que nuestros votos valen cada vez menos, pero cada vez se nos valora más por nuestra capacidad de consumo», subraya. «Es triste, porque nos valoran más por el dinero que tenemos y por la capacidad de darle dinero a las empresas que por otras cuestiones». Sin embargo, de esta forma, «por lo menos nuestro consumo se puede convertir en una forma de opinar, y lo podemos utilizar como una herramienta política», defiende. «Nosotros podemos decidir qué tipo de productos consumimos y eso va a tener un impacto en la sociedad. Es como mandarle un mensaje a las empresas: “Solo quiero que me vendáis cosas hechas de forma sostenible. El resto, no las quiero”. Lo que traducido al sector eléctrico, queda así: “Solo quiero energías renovables, las otras no las pienso consumir”», concluye el presidente de la cooperativa La Corriente.
Además de La Osa y La Corriente, en el encuentro del CEU participará un miembro de Slow Fashion Next, entidad que imparte formación en economía circular y sostenibilidad aplicadas a la moda, y otro de Fiare Banca Ética, una herramienta al servicio de la transformación social a través de la financiación de proyectos del tercer sector, la economía social y solidaria y la promoción de una cultura de la intermediación financiera.