Fundador de Ex-MENAS: «No vamos a dejar de ver a niños en las fronteras»
Ismail El Majdoubi pide que la acogida de menores extranjeros no se haga en centros solo para ellos: «Estigmatiza y excluye»
Ismail El Majdoubi es, a sus 23 años, uno de los líderes migrantes con más proyección en nuestro país. Es la cabeza visible de la asociación Ex-MENAS, que fundó en 2019 para que los menores extranjeros no acompañados que llegan a nuestro país tuviesen voz propia en un momento en el que el colectivo era objeto de un intenso debate en plena campaña electoral. Además, la entidad acompaña a menores en los centros y a extutelados y les muestra referentes positivos. También luchan para mejorar sus condiciones.
Ismail sabe de lo que habla. Él fue uno de esos niños que dejó Castillejos (Marruecos) por la falta de oportunidades y vivió tres semanas en la calle en Ceuta hasta que consiguió cruzar a la península debajo de un camión. A pesar de que tenía 16 años, la cara de niño lo delató y, tras ser identificado, quedó bajo la tutela de la Administración. Él fue uno de esos menores que recorrió varios centros.
Como joven inquieto, con el paso del tiempo empezó a implicarse en iniciativas sociales, de las que él mismo había sido beneficiario. Hoy, este camino le ha llevado a convertirse en mediador social. Ha trabajado en centros de menores y ahora lo hace en uno para familias migrantes. «No veo complicado el trabajo con estos chicos, sino como una oportunidad. Pero hay que respetar los derechos humanos y asumir las responsabilidades. ¿En qué condiciones están? ¿Qué estamos haciendo por la integración? Estamos en formaciones solo para menas, en espacios solo para menas. Lo que hacemos es estigmatizar, excluir y señalar», explica en entrevista con Alfa y Omega.
Se acerca la fecha clave del 22 de diciembre y la iniciativa legislativa popular que busca la regularización de medio millón de migrantes que viven en nuestro país sin documentación sigue dando pasos hacia su objetivo. En estos momentos, se encuentra a poco más de 20.000 firmas de las 500.000 necesarias. Quedan 42 días.
En su opinión, el modelo actual prioriza el «control migratorio, de contención» frente a la protección de los menores. Es partidario de que los entre 5.000 y 6.000 menores extranjeros que viven en nuestro país sin sus padres se integren en centros con menores nacionales y de otros países. Así, añade, ya no se señalaría al colectivo, y sí a una persona concreta, si es que tiene algún comportamiento reprobable.
Además, continúa, en los centros no se cubren más que las necesidades de techo y alimentación. La educación o la salud mental no entran, denuncia. «Salimos de los centros más vulnerables. Allí no se hace trabajo de prevención de la violencia, no hay abogados ni psicólogos. Son como albergues», añade. Comenta que, cuando un menor no vuelve al centro, ni siquiera se plantean la posibilidad de que le haya podido pasar algo: es una fuga.
Ve positiva la reforma del Reglamento de Extranjería, que acaba de cumplir un año y que agiliza la obtención de la documentación para el colectivo. Una medida que, según la Secretaría de Estado de Migraciones, ya ha beneficiado a 15.000 jóvenes. «La mayoría están trabajando —pueden desde los 16 años— y ya dependen de ellos mismos. Ha mejorado mucho su autoestima», explica El Majdoubi. Pero sigue habiendo chicos en la calle, emergencias que se suman a los problemas ya citados en la acogida o los discursos de odio. «Los jóvenes van a seguir migrando. Lo harán para salir de la pobreza, para crecer a nivel personal y profesional, por estudios… No vamos a dejar de ver a niños en las fronteras», sentencia.