Juanjo Calles: «No podemos preparar a los novios con un cursillo de un fin de semana»
Con el lema: El desafío pastoral de los cursillos prematrimoniales, por segundo año consecutivo la Delegación Diocesana de Familia y Vida ha organizado una semana dedicada a los desafíos que presenta hoy la Pastoral Prematrimonial. Ponencias, mesas redondas, comunicaciones, celebraciones y cine fórum para abordar y analizar este gran desafío pastoral, el de los cursillos de novios, en nuestra diócesis de Salamanca
Juanjo, ¿cuál es el gran desafío pastoral de los cursillos prematrimoniales o cursillos de novios?
Esta II Semana de Pastoral de la Familia va a abordar el tema de los cursillos prematrimoniales como un desafío pastoral y también como una ocasión privilegiada de evangelización. El objetivo es ofrecer a nuestros jóvenes una preparación suficientemente fundamentada que les ayude a equiparse para su vida y su vocación matrimonial y familiar. Somos conscientes de que nos jugamos muchísimo en este momento y es una ocasión privilegiada para plantearnos lo que estamos haciendo en la Diócesis de Salamanca con los cursillos de novios.
Viendo los frutos, ¿hemos perdido la batalla en la pastoral prematrimonial?
Si, sin lugar a dudas. Nosotros recibimos a los jóvenes en una etapa inmediata antes de contraer el sacramento del matrimonio pero las etapas previas y la etapa remota y próxima que tiene que ver con la Pastoral juvenil, que tienen que ver con su etapa de maduración de descubrimiento del amor, la hemos perdido. Los jóvenes que vienen en general son alejados de la iglesia y vienen con una fe bastante deficiente. No podemos preparar al sacramento del matrimonio con un cursillo de apenas un fin de semana. Para recibir la Primera Comunión, a los niños les exigimos tres años de catequesis; para recibir la Confirmación otros tres años; para ser Presbíteros, cinco años formándonos en el Seminario… y para este momento más importante, el más importante en la vida de los jóvenes, los despachamos con un fin de semana…¡Tenemos que plantearnos seriamente qué es lo que estamos haciendo!
Si esto es así y esta batalla la estamos perdiendo, ¿qué alarma o qué luz se debería encender en nuestras conciencias?
Se trata de una emergencia educativa. Si el año pasado con la I Semana de Pastoral de la Familia dijimos: «¡Familias cristianas despertad, ha llegado el momento que de asumáis vuestro protagonismo como familias cristianas en la misión y en la evangelización de la Iglesia!», este año queremos decir a todos los jóvenes cristianos que siguen contrayendo el matrimonio a través del sacramento: «¡Despertad, poneos en pie, la iglesia quiere acompañaros en este momento decisivo de vuestra vida!».
Ante esta gran disparidad, ¿para cuándo una coordinación diocesana en lo referente a los cursillos prematrimoniales?
Necesitamos caminar hacia una unificación de criterios. Esperemos que esta Semana Pastoral dedicada a los cursillos prematrimoniales nos dé pistas, luz y nos pongan a todos en la misma onda para ofrecer desde una misma mirada y con una misma dedicación un cursillo prematrimonial tal y como la iglesia en España nos pide hoy.