No está nada mal la idea que han tenido Idígoras y Pachi, en la viñeta que ilustra este comentario, de contraponer el viejo continente al viejo contenedor de tanta basura de todo tipo como cada mañana, cada tarde y cada noche somos capaces de generar los europeos de hoy. Algo muy serio le pasa a esta vieja Europa para que, en uno de sus principales escaparates, brille con fulgor propio un travestido de mujer barbuda premiado y votado casi por unanimidad -votos españoles incluidos, no faltaba más…- No hace todavía demasiado tiempo, cuando aún no era normal lo anormal, la mujer barbuda era uno de los números del circo de todo a cien en las ferias de los pueblos europeos. Lo de Eurovisión este año en Copenhague es toda una radiografía que demuestra que Europa -o cuando menos una considerable parte de ella- se ha convertido en un tristón, penoso circo ambulante por las deslumbrantes autopistas europeas, y no sólo, de la Red. Pero eso no es la verdadera Europa, oiga, ya estoy oyendo al intelectual de guardia… Pues no se engañe usted, amigo; eso, por desgracia, también es Europa, se ponga usted como se ponga; y de la otra Europa, de la única verdadera, en la que usted puede estar pensando, a duras penas me va usted a señalar destello alguno en las eurovisiones y en las nunca mejor llamadas redes sociales.
En la arena preelectoral europea -¿o es sólo alemana? ¡Achtung!– tampoco es fácil ver, ni adivinar siquiera, destello alguno de la verdadera Europa, la coherente con sus raíces. De modo que alguien como el Papa Francisco tiene que pedir una movilización ética mundial, y sólo alguien que no necesita carnet de europeísmo, como Jaime Mayor Oreja, a quien sería más que sensato escuchar, porque en lo de ETA, por ejemplo, nadie ha atinado tanto como él, avisa, cuando ya se va, de que a esta Europa le molesta todo lo que huela a trascendencia y lo que le mola es el relativismo, el qué más da del circo. Ahí tienen a una de las chicas jóvenes y con glamour de ZP reivindicando, sin el menor rubor, a su Zapatero del alma y su memoria histórica rancia y averiada. No se le caen de la boca palabras como libertad, igualdad y solidaridad -dime de qué presumes y te diré de qué careces-, cuando el más elemental uso decente de la memoria más reciente pone en evidencia que este socialismo de vía estrecha y encefalograma plano, cuando lo de la transición española a la democracia, sin ir más lejos, ni estaba ni se le esperaba, o poco menos. Valenciano, cuando entonces, andaba en el cacao mental de confundir a Jesucristo con la revolución, con Felipe y con el Ché, ¡toma castaña…! Y, es más, viéndolas venir -porque en eso sí son expertos-, se cura en salud, por si acaso, dos semanas antes, y en entrevista a ABC confiesa que «no va a haber hecatombe electoral del PSOE, el día 25, ni congreso extraordinario». Bueno, pues nada, quedamos en eso…
A todo esto, El País, el mismo día en que ABC publicaba la noticia de una cédula real de Felipe IV -las hay de mucho antes- por la que el Rey reconoce al obispo de Córdoba como dueño y señor de la mezquita-catedral, titula que el Gobierno renuncia a la mezquita en favor de la Iglesia, como si un templo que antes que mezquita fue iglesia visigoda, pudiera haber sido en algún momento de Gobierno alguno. Y, con la feroz competencia que hay en materia de tontería útil, no faltan quienes, aunque sea para criticarla, anuncian en sus páginas una concentración contra la expropiación de la mezquita por la Iglesia católica; más aún, IU -¿quién si no?- dice que admitiría el culto musulmán si la mezquita fuera pública. Pública ya es, pero ¿estos autonombrados admitidores admitirían también que se celebrase la Eucaristía en una mezquita? O esos otros que utilizan el Congreso de los Diputados, como si fuera sólo su casa, para acoger la presentación de un libro a favor de la independencia de Cataluña. Lo dicho: por circo y esperpento, que no quede…
Luego, para que el esperpento y la pirueta circense no se quede sólo en casa, o en los límites, cada vez por cierto más estrechos, de la Unión Europea, hay que constatar que ha hecho falta un mes, en este mundo supercomunicado de las redes sociales, para que la barbarie ocurrida en Nigeria haya empezado a llegar a la conciencia del Occidente globalizado. José María Carrascal ha escrito que Occidente no ha movido todavía un dedo para liberar a unas niñas secuestradas, torturadas y esclavizadas por extremistas islámicos. Hay pederastias selectivas… Sobre el asesinato de la Presidenta del PP en León, ¡ojalá no fuera verdad!, pero lo ha sido. Y el miserable encanallamiento y estallido posterior de odio, desde el anonimato de la Red, no hace más que resaltar el acierto de voces responsables de alerta ante los riesgos patológicos de esta sociedad.