No es verdad 886 - Alfa y Omega

Andábamos distraídos con la abdicación del rey y con todos sus más que sorprendentes alrededores -ni Crucifijo, ni Misa, ni rey-; más que distraídos, andábamos cabreados como monas con el cinco a uno que Holanda le endilgó a nuestra selección nacional de fútbol y con sus no menos pintorescos alrededores, y con lo del ZP-bis, pero sin sonrisa, y con la cucaña y la tómbola televisada del de la coleta y las aforadas cayolaradas, cuando el Consejo General del Poder Judicial, como quien no quiere la cosa, le cuela al Gobierno un informe, envuelto en comprensiones, sobre el anteproyecto de ley del aborto, en el que considera, y ya es considerar, que los supuestos de fetos con malformaciones congénitas incompatibles con la vida deben ser recogidos como una indicación eugenésica autónoma y no vinculados al riesgo para la salud psíquica de la madre, que es lo que contempla el anteproyecto que suprimía el aborto eugenésico. Tantas vueltas y revueltas, tanta palabra rebuscada, tanto eufemismo no significa otra cosa, hablando en plata -que es como se entiende la gente-, que las criaturas con malformaciones congénitas podrán ser abortadas (a eso le llaman ahora indicación eugenésica autónoma, antes lo maquillaban de interrupción del embarazo); tal crimen quedaría despenalizado. Y ya me gustaría a mí saber quiénes se creen que son el Gobierno y los jueces del Consejo General del Poder Judicial para decidir semejante barbaridad, y quién y con qué derecho va a tener la osadía y la desfachatez de decidir sobre una vida humana, sobre si una malformación congénita es incompatible con la vida, o no lo es; porque seres humanos que tienen el mismo derecho a vivir que usted y yo, y que los jueces, viven su vida con su malformación a cuestas, como otros viven con un cáncer, una tetraplejia, una locura de atar, y con tantas otras anomalías, pero pueden ser felices y hacer felices a los demás. Así que, para anomalía, la del Consejo General del Poder Judicial… que hasta el cardenal Sebastián, al recoger un premio por defender la vida, se ha preguntado estos días, en voz alta, en qué país vivimos si en él hay que premiar al que defiende la vida.

De esto del CGPJ, oigan, apenas alguna media página suelta y perdida en algún periódico que otro, pero en general, silencio clamoroso; porque para llenar páginas y más páginas, tertulias y más tertulias ya están el Mundial de fútbol, el cacao de un PSOE a la deriva y de un Rajoy al pairo, y las diversas tómbolas, coletas y cucañas para engañabobos de este ciclotímico país llamado España, tan alucinante últimamente como querido siempre: que si la monarquía no puede ir de clandestina, que si el primero que tiene que creérselo tiene que ser el rey, que si una cosa son los fastos de los invitados al Palacio Real y otra los complejos vergonzantes, que si qué habrá pedido Rubalcaba a cambio de su espléndido discurso último en el Congreso, y que si tal y que si cual; es como si una boda con marcha nupcial, al entrar en la iglesia, se quiere comparar con ir a un Juzgado como si se fuera a pagar una multa, y que no es eso, no es eso… Hasta ha habido quien ha recordado aquello de la señora Thatcher de que «el socialismo se termina cuando se termina el dinero… de los demás». Luego ha tenido su momento de protagonismo también lo de Durán, que no deja de ser un problema suyo y de algunos catalanes más, desleales e insolidarios, no de los demás españoles; y lo de la ex-cúpula de Caixa Penedés que eluden la cárcel, ¡pobriños!, al devolver lo que se habían llevado crudo en prejubilaciones millonarias blindadas, y si te he visto, no me acuerdo.

Para mayor información, la Administración ha reclamado a la mutua de accidentes laborales Fremap la devolución de 43,2 millones de nada (bueno, de euros), de fondos del erario público, entre 2006 y 2011, por pagos indebidos de mariscadas, dietas y otras hierbas -que ya hace falta comer marisco-; también mientras andábamos distraídos con otras cosas. ¡Hay que ver la de tiempo que llevamos distraídos los españoles…! Y el Primer Ministro italiano Renzi, reduciendo, el hombre, a la mitad el presupuesto de los sindicatos italianos; o sea que se puede hacer… Dirán algunos que peor es la barbarie islamista fundamentalista en Irak, lo de los cafres nigerianos, lo de los cafres indios que violan y ahorcan en colectivo a pobres muchachas, sin que nadie las socorra, e incluso que peor es que, sólo en el primer trimestre del año en curso, se hayan disuelto 35.000 matrimonios en España. Sí, el que no se conforma es porque no quiere… Quería aquel concejal de Cultura de aquel pueblo loar el inicial incremento económico y no se sabe si por redicho y finolis, o rezumando la sorna y la retranca de la España profunda, soltó: «Se evidencia cada vez más el excremento». Bueno, pues eso…