Nathalie Becquart espera que su nombramiento lleve a más mujeres a la toma de decisiones en la Iglesia
La nueva subsecretaria del Sínodo de los Obispos reconoce que ha sido «un signo fuerte y profético» del Papa Francisco
La religiosa javeriana Nathalie Becquart, recién nombrada subsecretaria del Sínodo de los Obispos por el Papa Francisco, convirtiéndose así en la primera mujer con derecho a voto en este órgano, ha comparecido este miércoles ante los medios de comunicación en la sede de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) en Roma, donde ha reconocido que su elección es «un signo fuerte y profético» y que espera que marque un antes y un después en la presencia femenina en las distintas realidades eclesiales.
«Espero que este nombramiento contribuya a que en diócesis, parroquias, movimientos… se abran nuevas posibilidades para incluir a más y más mujeres en los procesos de discernimiento y en la toma de decisiones», ha señalado.
En este sentido, preguntada por el acceso de las mujeres a ministerios ordenados, ha manifestado que lo importante es «cómo hacer que las mujeres participen en los procesos de decisión y se empoderen». En «abandonar una Iglesia clerical» para dar paso a una «sinodal».
Un camino, ha continuado, que pasa por abrir nuevos ministerios, «no necesariamente ordenados». «Necesitamos leer mi nombramiento en la misma línea que la apertura del Lectorado y del Acolitado a las mujeres», ha añadido.
«La clave está en cómo podemos usar nuestra autoridad como servicio dentro de la Iglesia, con los roles importantes del Papa, de los cardenales y de los sacerdotes», ha explicado al tiempo que ha defendido que las distintas formas de autoridad deben relacionarse de forma circular.
«La sinodalidad identifica nuevos caminos, porque no nos podemos limitar a lo que se hacía en los primeros siglos. Hay una cierta continuidad, pero tenemos que progresar», ha subrayado.
Trabajo en equipo
Asimismo, la religiosa ha hecho hincapié en la importancia del trabajo en equipo para dar respuestas a los grandes desafíos del mundo actual y para llevar a los demás «el regalo que recibimos de Dios».
De hecho, ha señalado en varias ocasiones la importancia de que se trabaje de esta manera en todos los estamentos de la Iglesia, donde haya mezcla de hombres y mujeres, religiosos y laicos. «Juntos es enriquecedor», ha agregado.
Sobre esta cuestión, ha defendido que la aportación de la vida religiosa, pues está forjada «en la vida comunitaria y en una autoridad marcada por el servicio», tiene que ser «profética».
Nathalie Becquart ha reconocido que no se esperaba el encargo del Papa Francisco y se mostró conmovida por tantas reacciones dentro y fuera de la Iglesia, de mujeres —«ellas se sienten representadas»— y hombres que ha mostrado «su alegría».