La reunión de equipo se había prolongado hasta pasadas las diez de la noche. Un veterano misionero volvía a la carga con sus ideas: «Somos demasiado paternalistas, tenemos que dejar a la gente que asuma responsabilidades; tenemos complejo de socorristas».
En esto, alguien llama insistentemente a la puerta. Al abrir veo a un joven a quien no conozco, con cara de angustia, que se dirige directamente al veterano misionero: «¡Padre!, mi mujer está en su primer parto y la comadrona dice que hay complicaciones y que es mejor llevarla a un hospital: usted sabe lo mala que es la carretera del pueblo. ¿Nos puede llevar?». El veterano misionero, que no puede conducir de noche, olvidándose de sus teorías se vuelve hacia a mí: «Joaquín, ¿les podrías llevar tú?». Accedí de mil amores y salí de inmediato con el joven Anil. Tardamos en llegar a por la parturienta, pues la carretera era realmente infame.
Serían las doce cuando llegamos al hospital. Vi que enseguida la ponían en una camilla, rodeada de enfermeras. Estaba a punto de despedirme (recordando los consejos del veterano jesuita) cuando, de repente, se fue la luz. Oscuridad total y gran conmoción en emergencias. El generador no funcionaba pero, a juzgar por los gritos de la parturienta, la criatura sí que parecía dispuesta a venir a este mundo.
Salió una enfermera y me pidió que pusiera el jeep mirando hacia la entrada para alumbrar la sala con los focos. Así lo hice y me quedé sentado en el coche mientras observaba entre atónito y maravillado las sombras dantescas del personal que entraba, salía, gritaba… Y al final, el júbilo al anunciar al joven padre que su todavía más joven mujer había dado a luz a un precioso niño.
A la mañana siguiente volví a visitarles en el hospital y los encontré sonrientes y felices con su recién nacido.
—¿Qué nombre le vais a poner?
—Nos gustaría que fuera usted el que escoja un nombre.
Se me ocurrió decir Prakash (significa luz) .Y Prakash se llama la criatura que, sin saberlo, ha nacido al igual que el niño de Belén, para alumbrar este mundo que todavía se debate en las tinieblas de la COVID-19.