Nace una orquesta de mujeres: «La música necesita nuestra voz»
Pilar Jurado, primera mujer que estrenó una obra suya en el Teatro Real, ha compuesto y dirigirá la sinfonía Cibeles, dedicada al talento femenino y a la ciudad de Madrid. «Rompí techos de cristal porque nunca los vi», asegura
Marianne von Martínez (1744-1812), compositora e intérprete austriaca de ascendencia española, fue discípula de Haydn. Mozart compuso ex profeso para tocar a cuatro manos con ella. Sin embargo a Yaneth Hurtado, de la asociación OmMusic Artistas del Mundo, le costó mucho encontrar sus partituras. Como tantas otras mujeres en la música, «terminó en el olvido».
Algunas de sus obras se escucharán el 8 de marzo en la madrileña parroquia Nuestra Señora del Pilar, en el concierto Cibeles: la esencia de la mujer con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Será una doble puesta de largo: de la Orquesta Cibeles, nacida de OmMusic, y de una sinfonía de Pilar Jurado con el mismo nombre. OmMusic ya cuenta desde hace cinco años con una formación mixta, la Carlos Cruz Díez, creada para «apoyar a músicos que vinieron a España con su instrumento y la posibilidad de continuar con él».
La idea de juntarse ellas surge de la capacidad de observación de Hurtado como investigadora en musicología. Vio que no solo «había más que hombres» entre sus filas, sino que «estaban más centradas en sacar adelante a sus hijos» —aquí o allí— y mantener su carrera era más difícil, sobre todo si tenían cierto nivel. Muchas acaban repitiendo los estudios, si tienen fuerzas.
«Un día, Ivonne Buriel vino y me dijo que, después de ocho años estudiando dirección, estaba lista y que si podría dirigir», recuerda Hurtado. Se le encendió la bombilla y las compañeras acogieron la iniciativa de crear Cibeles encantadas. «Empezaron a buscar a más» en otros conjuntos y ya suman 70, inmigrantes —casi todas venezolanas— y españolas. «Aunque no vamos a dejar a nuestros muchachos», matiza Hurtado. «Los queremos».

Además, algunas empezaron a compartir experiencias. «Muchas cuentan que casi nunca se pone a una mujer de primer instrumento. Aquí se les ha ocurrido turnarse».
También lo harán las directoras. Buriel compartirá batuta con Pilar Jurado para que dé vida a su obra Cibeles. Con el nombre de esta diosa de la fertilidad «representa un renacimiento musical, una celebración del talento» y la fuerza femeninos «y una invitación a imaginar un futuro donde nuestras voces suenen con más fuerza».
Cuando llegaron a España con su instrumento, los artistas de OmMusic descubrieron que aquí vivir de él no era fácil. «Han terminado haciendo cualquier otro oficio». Si aún tocan para el público, es en la calle, relata Yaneth Hurtado. La asociación les permite mantener la práctica orquestal.
Han visto situaciones realmente difíciles, como la del chico «que llegó a los ensayos por el boca a boca y, al terminar las cuatro horas, dijo: “Os lo agradezco. He pasado el tiempo sin pensar que no sé dónde dormir”». En estos casos, se ayudan entre sí. Ante estas realidades, palidecen problemas como no poder comprar partes nuevas que necesitan para los instrumentos, como las lengüetas.
Con el tiempo, llegaron músicos locales. «Les cuesta dar el toque de los ritmos latinos, que son más sincopados, como bailar, aunque estén en la partitura. A veces hay que mover el cuerpo para darles la idea», ríe Hurtado. Pero «les fascina». Aunque también es consciente de la unión entre ambos continentes. De hecho, le encantaría investigar «la historia de la zarzuela entre Venezuela y España».
Al tiempo, con una figura tan célebre en la capital, transmite «el latido de la historia de Madrid, con tradición y modernidad entrelazadas». La parte central es un homenaje a la Música nocturna de las calles de Madrid, de Luigi Boccherini. También incluye «fragmentos de música mía», como el minuto final de La página en blanco, ópera con la que se convirtió en la primera mujer que estrenaba una composición en el Teatro Real.
Ha sido un camino «lleno de desafíos y de conquistas», subraya. Ha sido testigo de cómo «las grandes decisiones estaban en manos de hombres» y la dirección, la composición y la producción «eran territorios casi vedados». Pero asegura que «rompí los techos de cristal porque nunca los vi».
Además de su sinfonía, el ecléctico programa incluye valses, arias de ópera y piezas latinoamericanas. «La riqueza musical» de convivir artistas de ambos lados del charco permite hacer «repertorios bien abiertos», celebra Hurtado.

El 10 % de lo recaudado se destinará a apoyar a afectadas por la DANA. No porque tengan una problemática específica, matiza Hurtado, sino como «un homenaje a esas mujeres que han perdido a sus maridos, a sus hijos y sus casas». Esto último sí cree que «nos pega más a nosotras», pues «somos las que las decoramos y las cuidamos». Las ayudarán a través de una asociación que está haciendo reparaciones en los hogares.
Una causa solidaria en una iniciativa que, para Jurado, busca reivindicar a «las mujeres que han luchado y siguen luchando por su espacio, por no ser solo intérpretes de las historias de otros, sino creadoras de las suyas. La música necesita nuestras voces, ideas y visión».