Música de cine español y villancicos por los misioneros

Cuando Juan Antonio Simarro estudiaba en el madrileño Colegio San Juan Bautista, de los salesianos, los profesores le «motivaban» exigiéndole aprobar para participar en los espectáculos musicales que organizaba el centro. «Me venía muy bien», reconoce. Quién iba a decirles que ese alumno al que a veces le costaba estudiar se convertiría en compositor y productor musical y acabaría organizando, desde hace diez años, el Concierto Solidario de Navidad Por un mundo mejor. Además, desde 2021, a beneficio de Misiones Salesianas. Será este sábado, a las 19:30 horas, en el Auditorio Nacional de Madrid.

Entre los artistas estarán Macaco, Belinda Washington, Cossete Silguero o Gustavo Salmerón. También Ángel Rielo, Carmen Santamaría, Cristina Gallego, Dani Muriel, Emilio Feijoo, Inma Cueva o Román Mosteiro. A ellos se sumará la Orquesta Sinfónica Contemporánea de España, dirigida por el propio Simarro y por César Borreguero, Adriana Tanús y Raúl Miguel Rodríguez. El repertorio estará compuesto por canciones del cine español —La chica yeyé, ¿Por qué te vas?, Resistiré, La, la, la, Alegría de vivir, Las cosas del querer o Pena, penita, pena, entre otras—. Una segunda parte estará dedicad a villancicos y a obras de Simarro, como la Obertura por un mundo mejor.

La idea de una iniciativa conjunta partió de la ONG al escuchar una entrevista a Simarro y enterarse del vínculo que compartían. «Nos apetecía buscar fórmulas de que la gente conociera Misiones Salesianas de una manera bonita», relata Ana Muñoz, coordinadora del concierto. Hacerlo en un marco como el del Auditorio Nacional de Madrid, con un formato para toda la familia, parecía la mejor manera. Otro acicate era la «tremenda capacidad de ilusión» que transmite el artista. Muñoz señala que «aunque nunca hemos llenado el auditorio, este año tenemos muy buenas expectativas». Lo recaudado «viaja a los proyectos de educación y protección a la infancia de los misioneros salesianos en 137 países».

Pero, sobre todo, destaca el potencial de esta cita para dar a conocer su labor. Además de la noticia del espectáculo en sí, durante el mismo se dedica un momento a esta difusión. Así, «gente que no se acercaría a Misiones Salesianas de otra manera lo hace a través de la música, que tantas emociones nos genera», prosigue la coordinadora. En efecto, aunque «algunos vienen para apoyarnos, otros lo hacen porque les apetece el concierto» o son fans de alguno de los artistas. Entre estos, unos pocos han llegado a convertirse en socios o colaboradores. También «muchos artistas luego hacen un donativo y nos dicen “no os conocía, qué gran labor hacéis, me ha encantado compartir este rato y que mi arte sirva para esto”».

Todo ello lleva a Simarro, director artístico de la iniciativa, a valorar que esta «es algo bueno no solo para esta ayuda a corto plazo, sino para que se conozca más la labor» de la ONG, además de para «acercar la música sinfónica a la gente». Y concluye que «si a la salida el público va diciendo “voy a aportar mi granito de arena”, objetivo cumplido». En cualquier caso, espera que la gente «se decida a ayudar, a ellos o a otros», pues «lo importante es hacer cosas juntos».

Un año de preparativos

El compositor no oculta el esfuerzo que implica este concierto. Admite que empezó a pensar en él nada más terminar el del año pasado. «Quería dedicárselo al cine en español, darle importancia a la gente que tenemos aquí». A partir de ahí empezó a contactar con los artistas, que son tanto «actores que cantan muy bien» como «cantantes que interpretan». Habrá incluso niños, como los de la película Voy a pasármelo bien o la hija del presentador Luis Larrodera, que cantará con él. Muchos dijeron que sí —otros declinaron a su pesar— y «se han implicado desde el primer momento de forma altruista».

A partir de ese momento «fui teniendo reuniones con cada uno para ver su tono» y asignarle la canción que interpretará. Las han ido preparando individualmente. La semana pasada Simarro empezó ensayando con la orquesta y luego incorporó a los artistas. Para coordinar las agendas de 150 personas, «el tetris de horarios ha sido una locura. Pero vale la pena. Están dándolo todo».