Esta película de Barry Jenkins arranca como una secuela de El rey león (2019), con una leona cachorrita llamada Kiara, que es la hija de Simba y Nala, los protagonistas de la entrega anterior. Sus padres tienen que marcharse de la guarida y encargan que se queden de canguros de Kiara a los divertidos Timón y Pumba, a los que se añadirá el anciano mono Rafiki. Para distraer a la pequeña leoncita de la terrible tormenta que descarga sus truenos fuera de la cueva, Rafiki decide contarle la increíble historia de su abuelo Mufasa desde que este era pequeño. A partir de ese momento, a base de largos flashbacks, la película se convierte en una precuela de El rey león.
La estructura argumental es la clásica epopeya de vuelta al hogar, en este caso a causa de una separación forzosa. Mufasa se siente huérfano y perdido tras una riada que le separó violentamente de sus padres. Varado en una tierra desconocida Mufasa es acogido, no sin problemas, en otra familia de leones en la que se convierte en hermano adoptivo de Taka, heredero del trono de un león rey. Cuando Mufasa crece se pone en marcha en busca de su Ítaca particular, acompañado de Taka, la bella leona Sarabi y el mono Rafiki. También se les suma un pájaro gritón. Esta compañía de soñadores viajeros es perseguida por una manada de malvados leones blancos que tienen el firme propósito de devorarlos. La película nos cuenta el nacimiento de las Tierras del Reino que fundará el Mufasa adulto de El rey león. Un origen que tiene épica pero también oscuridad y traición. Un triángulo amoroso no planeado desatará el odio y la venganza entre nuestros héroes, pero también el arrepentimiento y el perdón. En ese sentido la película ofrece una mirada adulta sobre los lazos de lealtad, así como elogia también la amistad y la solidaridad entre todos los animales que desean la paz y la libertad. El guion introduce el habitual discurso de la Disney en todas sus producciones sobre la inclusión de los diferentes y la superación de los prejuicios contra las minorías.
Desde un punto de vista narrativo, la cinta nos ofrece una parte final dramáticamente muy vibrante, con escenas de acción muy logradas y visualmente potentes. Sin embargo, la parte central del filme está un poco más lastrada y es visualmente más anodina. En las tramas encontramos algo de humor, pero no demasiado, casi limitado a los histriónicos personajes de Timón y Pumba.
La animación está muy lograda, en los estándares de calidad actuales, pero aún resulta extraña la gestualización de las fauces de los animales cuando hablan. Por otra parte, algunos espectadores tardarán en distinguir unos leones de otros. En cualquier caso, la animación digital de las fieras y los paisajes ya no tienen la novedad y originalidad que tuvieron hace unos años, dejando un cierto aire de déjà vu. Película familiar, positiva y suficientemente entretenida.
Barry Jenkins
Estados Unidos
2024
Aventura
Todos los públicos