«Mordiscos de zorro» - Alfa y Omega

Sumisión, la novela de Michel Houellebecq publicada en 2015, no fue una novedad en el pensamiento de este ensayista francés. El libro se publicó el mismo día de los atentados contra Charlie Hebdo y once meses antes del atentado contra la sala Bataclan. «He acelerado la historia», dijo Houllebecq, «pero no puedo decir que sea una provocación, porque no digo cosas que considere falsas solo para poner nerviosos a los demás». Houllebecq, como otros pensadores, no oculta su preocupación por el avance del islamismo en la sociedad francesa. Así lo expuso pocos días antes de cerrarse el 2022 en una entrevista concedida al filósofo Michel Onfray y publicada en Front Populaire con el título «¿El fin de Occidente?». Por sus palabras, Houllebecq fue denunciado por el rector de la Gran Mezquita de París, Chems-Eddine Hafiz. Lo mismo había sucedido en el año 2000, cuando Houllebecq declaró que el islam es la religión más estúpida. Entonces, Hafiz perdió porque las declaraciones de Houllebecq fueron valoradas como un ejercicio de libertad. En 2023 no ha habido juicio. Haïm Korsia, rabino mayor de Francia, ha facilitado un encuentro entre Hafiz y Houllebecq que ha evitado que los argumentos jurídicos sustituyeran el debate de las ideas. En una entrevista publicada en Le Figaro el pasado 4 de enero, Korsia explicó los fundamentos de su propuesta. Al día siguiente, Le Figaro informó de la celebración de este encuentro. Hafiz había retirado la denuncia y pudo explicar a Houllebecq el impacto que sus palabras causan en los musulmanes franceses. El ensayista confesó sentirse feliz y aliviado por este encuentro y reconoció que la entrevista concedida a Onfray debía ser explicada. Lo hará, dijo, en un próximo libro que no hiera a nadie. Cuando Korsia se atrevió a proponer el encuentro su intención no era otra que la de superar la polémica para entrar en el diálogo. Las palabras, recordaba el rabino citando al Talmud, pueden ser «mordiscos de zorro». Si el fondo de la polémica son los valores republicanos o, lo que es lo mismo, la libertad, la igualdad y la fraternidad, había que hacer posible que «el apaciguamiento de los corazones [sustituyera] la violencia de las palabras».