Monseñor Reig Plà: La defensa de la vida debe ser parte de la pastoral ordinaria - Alfa y Omega

Monseñor Reig Plà: La defensa de la vida debe ser parte de la pastoral ordinaria

La Jornada por la Vida «se ha ido consolidando, gracias a Dios, en todas las diócesis» españolas, celebra, en esta entrevista, monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares y presidente de la Subcomisión episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, de la Conferencia Episcopal Española. Sin embargo, no basta: «La pastoral de la vida debe hacerse presente en la pastoral ordinaria de la Iglesia», y también en colaboración con las iniciativas civiles

María Martínez López
Monseñor Reig, obispo de Alcalá de Henares, en una de sus alocuciones. Foto: María Pazos Carretero.

¿Qué acogida va teniendo la Jornada por la Vida, que en España se celebra en la solemnidad de la Anunciación?
Con el tiempo, y dada la agresión creciente de leyes que no respetan la vida humana, las comunidades cristianas y, en general, los fieles han tomado una mayor conciencia de la necesidad de generar una auténtica cultura de la vida. Si nos referimos al drama del aborto en España, la situación actual es insostenible. No existen argumentos que puedan justificar la bondad del aborto. Con la ayuda de la ciencia, la batalla de los argumentos está ganada. Sin embargo, es necesario ganar también la batalla a un concepto perverso de libertad: la que afirma el derecho al aborto, o la que lo afirma como un bien para la mujer, o simplemente un mal menor. La vida humana es siempre un bien y la vida inocente debe ser defendida siempre, porque toda persona es un fin en sí misma. La claridad de los argumentos y la destrucción de vidas inocentes, la amenaza de la eutanasia, etc., han despertado el interés de los creyentes. En todas las diócesis, gracias a Dios, se ha ido consolidando la celebración de la Jornada por la Vida en conexión con las Semanas dedicadas a la oración, formación y celebración del Evangelio de la familia y de la vida. Al mismo tiempo, unidos a otras organizaciones, se desarrollan manifestaciones públicas que quieren recordar la necesidad de proteger en el ámbito jurídico y social toda vida humana. La presencia de los católicos en este momento es crucial para promover la dignidad de la mujer y el bien de la vida humana.

El mensaje de la Subcomisión para la Jornada subraya la urgencia del compromiso de los católicos.
Los católicos hemos de considerar la defensa de la vida humana como un tema innegociable en cualquiera de los campos: personal, familiar, social y político. Este carácter innegociable de la defensa de la vida humana reclama una respuesta integral por parte de las comunidades cristianas y de los fieles católicos. Esto significa que, más allá de las numerosas organizaciones civiles que han crecido en los últimos años, la pastoral de la vida debe hacerse presente en la pastoral ordinaria de la Iglesia. Tanto las parroquias como los movimientos y las comunidades eclesiales están llamados a promover la oración por la vida, la formación adecuada y la promoción de redes de atención a las familias y, de manera especial, a las mujeres. Además de la batalla cultural y social, es necesario despertar la dimensión orante y la acogida misericordiosa de las madres gestantes, de las mujeres que han abortado, de los enfermos y de cuantos sufren el mal y la violencia.

¿En qué aspectos es necesario que los católicos profundicen y desarrollen su compromiso con la vida?
En los ámbitos eclesiales y educativos, los católicos estamos llamados a desplegar una amplia campaña de formación de las conciencias para desenmascarar los dramas del aborto, la eutanasia, la violencia doméstica, el abandono y la esclavitud de los niños, la prostitución, la trata de personas, el horror del terrorismo y de la guerra, el escándalo del hambre, etc. Junto a esta formación de las conciencias, encaminada a promover una cultura de la vida, es necesario generar respuestas concretas desde el ámbito de los Centros de Orientación Familiar, Cáritas, Manos Unidas, etc. De manera particular, quiero destacar la importancia que tienen las mujeres católicas en orden a subrayar la dignidad de la mujer, el genio de lo femenino, la promoción de la mujer en sí misma considerada y la importancia de poder desarrollar su propia vocación: como esposa, como madre, como consagrada o simplemente como mujer. Finalmente, en el ámbito político hemos de ser coherentes con el voto y ayudar a los políticos católicos a que reconozcan estos temas como innegociables. La situación en España de las leyes que afectan a la familia y a la vida humana es insostenible y requiere un cambio de rumbo contundente. Los católicos de ningún modo podemos colaborar en el sostenimiento de leyes injustas que debilitan la institución matrimonial o permiten la destrucción de la vida humana. Con nuestra presencia en la vida pública, hemos de ampliar nuestro compromiso en defensa del matrimonio y de la vida según el designio de Dios.

¿Cómo se relacionarán las iniciativas eclesiales en defensa de la vida con las nacidas en la sociedad civil, y qué novedad aportan?
Dada la situación actual en España, hemos de integrar y complementar las acciones que se desarrollan en defensa de la vida humana. Necesitamos privilegiar tanto la respuesta civil como la respuesta eclesial. Una respuesta integral será la que no obvie ni olvide ninguno de los elementos necesarios: la oración por la vida, la formación, la acción educativa y solidaria, la acogida, el compromiso político, etc. En concreto, es urgente en el ámbito eclesial ofrecer elementos formativos que vayan promoviendo la cultura de la vida y dar respuestas concretas a los problemas que se plantean en este campo de la familia y de la vida.

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