Migrantes: «Un reto fundamental»
El ámbito de las migraciones ha sido una de las prioridades de José Cobo a lo largo de su ministerio sacerdotal y «estarán en el corazón de su ministerio» episcopal
No se puede decir que el arzobispo electo de Madrid sea un usuario activo de las redes sociales, sin embargo es significativo que el último tuit de José Cobo antes de ser elegido por el Papa para sustituir al cardenal Osoro —no ha vuelto a tuitear desde entonces— sea un retuit a un mensaje de la cuenta del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal. En él se comparte un artículo de Alfa y Omega con las conclusiones de la reunión de los responsables de este ámbito en la Iglesia, que se celebró el primer fin de semana de mayo en Madrid.
El detalle, no obstante, es más que una anécdota. De hecho, la pastoral con migrantes es una de las prioridades del arzobispo electo. Él mismo lo adelantó en entrevista con este semanario: «Como reto fundamental, tenemos ahora mismo el migratorio en Madrid. Nuestra Iglesia ha cambiado. Muchas parroquias tienen un rostro distinto y hemos de comprobar cómo acompañar y enraizar la fe del migrante, no solamente para que se asimile a lo que tenemos, sino también para que nuestra Iglesia recoja todo lo que ellos tienen que aportar», le explicó a la directora, Cristina Sánchez, cuando fue elegido.
En realidad, siempre ha sido uno de los ámbitos que más le han preocupado. Lo confirma Jorge Vicente, colaborador de la Delegación de Migraciones de Madrid, que conoció a Cobo cuando este era vicario episcopal de la Vicaría II de Madrid, allá por 2015. «Coincidimos en un acto. Él tenía la pierna fastidiada —le había operado recientemente—, yo le ayudé a subir al estrado y nos caímos bien». A partir de aquel instante, «siempre que nos veíamos me preguntaba, primero, qué tal estaba y, seguidamente, que qué necesitábamos en la delegación y en la Mesa por la Hospitalidad», una iniciativa constituida en 2015 por el cardenal Osoro para impulsar el proceso de acogida, acompañamiento e integración de los migrantes. «Incluso me llegó a dar su teléfono móvil por si surgía algún tipo de emergencia», revela Vicente, quien describe a José Cobo como «una persona muy cercana y accesible, de esas que sabes que te está escuchando con interés real, de verdad, y no por cumplir».
A pesar del ofrecimiento del arzobispo electo, Jorge Vicente no contactó por teléfono con él salvo en contadas ocasiones. «Recuerdo la alegría que se llevó cuando le envié un WhatsApp informándole de la involucración de la comunidad musulmana en la acogida de la Mesa por la Hospitalidad de mi arciprestazgo», concluye el colaborador. Una alegría que se entiende a la luz del empeño que siempre ha puesto Cobo por trabajar de forma coordinada y en colaboración con otras confesiones y agentes de la sociedad civil.
«Siempre ha querido ir al encuentro de la realidad allí donde estaba sucediendo, principalmente para salir al encuentro, escuchar y aprender», subraya Xabier Gómez, OP, director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, cuyo obispo responsable es precisamente José Cobo. «Se ha mostrado abierto a aprender de la experiencia de otros, tanto en iniciativas eclesiales que ya estaban en marcha como de proyectos de fuera que pudieran poner a la Iglesia en sintonía a los tiempos que corren», añade el religioso dominico.
Una de las propuestas que ha conocido in situ antes de ser nombrado arzobispo de Madrid ha sido la iniciativa civil Proyecto Arraigo, que se define como un puente entre el mundo rural y las personas que viven en entornos urbanos. «Lo que más nos cuesta siempre es encontrar distintas personalidades que puedan ayudarnos, con sus palabras o con sus acciones, a que los tránsitos entre la ciudad y el mundo rural sean satisfactorios». Con José Cobo fue todo lo contrario. «Visitó los territorios en los que trabajamos, se interesó por la gente, por el método y por todo lo relacionado con la despoblación del mundo rural», explica a Alfa y Omega Enrique Martínez, director general del Proyecto Arraigo.
Fruto de toda esta experiencia, el Departamento de Migraciones de la CEE constituyó a finales de 2021 la Mesa del Mundo Rural, de la que formaban parte Cobo, Gómez y Enrique Martínez, así como otros representantes de entidades eclesiásticas y civiles. «Lo que hacemos es conectar familias de origen migrante con zonas del mundo rural con menos presencia poblacional para su revitalización», una labor que, según el director del departamento, José Cobo «apoyó decididamente desde el principio».
Lo mismo ocurrió con los corredores de hospitalidad propuestos por Xabier Gómez, una iniciativa de la CEE para compartir u optimizar el trabajo de las diferentes mesas por la hospitalidad de las diócesis españolas. El proyecto se estrenó con las dos personas que llegaron a España tras pasar once días amarradas al timón de un barco. «Él no pudo ir a la acogida ni acompañarlos hasta el centro de Cáritas donde fueron alojados, pero quiso estar informado en todo momento y yo mismo le tuve al corriente», afirma Gómez, que piensa que «los migrantes, así como los pobres y los vulnerables estarán en el corazón de su ministerio y en el corazón de la Iglesia que peregrina en Madrid».