«Mientras el mundo se seculariza, donde hay piedad popular se resiste»
Sevilla albergará del 4 al 8 de diciembre el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Esta realidad mantiene la fe viva en una sociedad desacralizada
El II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que Sevilla albergará del 4 al 8 de diciembre «servirá para, en vez de mirar lo que nos separa, poner las luces largas, preparar el futuro y buscar soluciones de evangelización». Lo dijo durante su presentación en Madrid el 7 de mayo Joaquín de la Peña, hermano mayor de la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos y uno de sus principales organizadores.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz, también presente en la conferencia en la sala capitular de la catedral de la Almudena, lamentó que «a veces se ha mirado la piedad popular por encima del hombro, como si fuera algo para los iletrados». Por el contrario, él la calificó como «un tesoro» que «tiene una palabra que decir y un testimonio que ofrecer». Empezando, por ejemplo, por que «cuando los costaleros llevan los pasos, debajo puede haber un empresario, un parado, un inmigrante o un futbolista», todos viviendo su fe juntos.
El congreso de diciembre, que retomará los pasos iniciados en 1999 por el primero, tendrá sesiones académicas sobre «qué quiere la Iglesia de las hermandades». Entre los ponentes que viajarán a Sevilla, destacan el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación; el arzobispo Rino Fisichella, prefecto del Dicasterio para la Evangelización; el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; Carlos María Galli, un reputado teólogo argentino «y amigo del Papa»; el deán de la catedral de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas; y José Jaime Brosel, recientemente nombrado canónigo de la basílica papal de Santa María la Mayor.
El evento abordará también la obra social que todas las hermandades realizan, a veces de modo discreto y escondido, pero que sirven de acompañamiento a las 763 personas sin hogar en Sevilla. Irá compaginada con un proyecto cultural y actos de culto en importantes lugares de devoción de la ciudad, entre los que destaca la procesión de clausura del día 8 de diciembre.
La razón de su éxito
Durante la presentación del congreso, Joaquín de la Peña elogió que «el principal éxito de la piedad popular ha sido saber adaptarse a cada momento». Recomendó a todos los cofrades de España una máxima de san Agustín: «En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; y en todo, caridad».
También reivindicó que, «mientras se nos dice que el mundo se está secularizando a pasos agigantados, solo se resiste allí donde hay piedad popular, con ese carácter de dique fuerte». «En una sociedad desacralizada, nuestra hermandad es un muro impenetrable», añadió. Una metáfora en la que profundizó el arzobispo de Sevilla cuando recalcó que «en los lugares donde la devoción popular se mantiene, la fe es un faro en alto».
El hermano mayor de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos celebró cómo, al reunirse y celebrar juntos, los cofrades «no nos estamos dejando desculturizar y nuestras hermandades resisten con todas y cada una de sus características». En Sevilla las hay de hasta 1640 y «nuestras imágenes tienen el mismo valor simbólico que hace cuatro siglos». Por su parte, José Ángel Saiz explicó que «la sociedad sevillana está vertebrada en gran parte por las hermandades y todo el mundo pertenece a una o dos». Las consideró imprescindibles para «la transmisión de la fe, que es el caballo de batalla en la pastoral de la Iglesia». Añadió que, con el auge de las pantallas, por desgracia «en las familias ya no se hace», pero «en las hermandades sucede de modo muy natural».
«¡Ese es el dialecto materno!»
Joaquín de la Peña narró cómo, durante una reciente visita al Papa en Roma dándole a conocer el congreso, «le dijimos que en el seminario de Sevilla hay 35 seminaristas y la mitad proviene de las hermandades». «Se le abrieron los ojos como platos y dijo: “Eso es muy importante y es algo que estáis haciendo muy bien». El arzobispo de Sevilla añadió que «le pregunto siempre a los seminaristas cómo nació su vocación y es difícil separarlo nítidamente, algunos dicen en las hermandades, otros en la parroquia o la familia».
Recordó que, durante aquel encuentro con el Pontífice, «le expliqué que en Semana Santa suelo ir a una iglesia de periferia llena de cofrades y mamás vestidas de nazarenos con el bebé en brazos también vestido de nazareno». Y que los padres, «igual que enseñan al niño a decir “papá” y “mamá”, también le enseñan a decir “Jesús” y “María”». Una anécdota que en aquella visita conmovió al Santo Padre, quien le felicitó diciendo: «¡Ese es el dialecto materno!».
Finalmente, el hermano mayor de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos concluyó la presentación del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular recalcando que «las inscripciones ya están abiertas en nuestra página web». Animó a descubrir esta realidad porque «estoy absolutamente seguro de que, si el Señor no me hubiera puesto en medio una hermandad, ahora sería peor persona».