Los carteles de Semana Santa de las hermandades, los primeros que sacan a la calle a sus titulares - Alfa y Omega

Los carteles de Semana Santa de las hermandades, los primeros que sacan a la calle a sus titulares

Los cartelistas buscan ofrecer su visión personal sin dejar de reflejar la ciudad y la gente a la que va dirigida

Begoña Aragoneses
Carteles de las procesiones de Madrid.

Los carteles de Semana Santa se empezaron a popularizar en nuestro país a finales del siglo XIX, aunque no fue hasta la década de los 40 cuando esta costumbre adquirió un mayor auge, que perdura hasta nuestros días. El cartel es una forma de anunciar la Semana Santa en sí o la salida procesional de una hermandad. En Madrid, a lo largo de las últimas semanas se han ido presentado los carteles de las distintas cofradías, en actos que suponen uno de los acontecimientos más destacados previos a los días grandes para ellas. En líneas generales, los cartelistas buscan ofrecer su visión personal sin dejar de reflejar la ciudad y la gente a la que va dirigida; que la imagen y el texto sea fácilmente reconocible y, sobre todo, que emocione y conmueva.

Esto es lo que ha buscado Juan Andrés Amaya, cartelista de la Hermandad de Los Gitanos para su estación de penitencia del Miércoles Santo de este 2024. Podría no haber sido fácil para él porque, reconoce, «soy evangélico y nosotros no acostumbramos a ponerle rostro a Jesús», pero en el fondo «no existe conflicto; he entendido que la imagen, el impacto que tiene la obra de arte en la religión, es importante». Históricamente, prosigue, la humanidad «se ha sentido identificado con una imagen del Señor».

Presentación del cartel de la procesión de los Gitanos.

Cuando a Juan Andrés le propusieron el cartel de Los Gitanos, lo primero que hizo fue pensar en conceptos más que en imágenes. En «elementos simbólicos», y el tiempo fue uno de ellos. Quiso reflejar el paso del tiempo y los vaivenes que ha impreso en la hermandad, algo que Amaya lo lleva a los que ha sufrido «mi pueblo, la comunidad gitana».

Para representar esto, jugó con las texturas del paso del Cristo de Los Gitanos, titular de la hermandad, que ocupa la mitad inferior del cartel. «El morado del Cristo lo partí por la mitad: la tela envejecida de la izquierda da paso al terciopelo morado de la derecha». A su vez, el suelo sobre el que pasa es rocoso, no tratado, y después asfalto, «más de hoy en día». Es el signo de que, a pesar de los cambios y del tiempo, «siempre está Él».

Detalle del cartel de la Hermandad del Silencio.

El primero, el de Las Tres Caídas

El cartel de Los Gitanos ha sido el tercero que se ha presentado al público en estas semanas previas a la Semana Santa. La primera hermandad en hacerlo fue Las Tres Caídas, el pasado 14 de enero, coincidiendo con la primera Misa de hermandad del año. La artista Amalia Sevilla destaca en primer término la imagen del titular, y como fondo el inicio del cortejo procesional, con la cruz de guía escoltada por los faroles.

La autora, nazarena de la hermandad, ha incorporado también a tres nazareos, que portan el Libro de Reglas, y las medallas anudadas, que representan a la familia de la cartelista y la tradición entre generaciones. Remata el cartel el lema Fe y Esperanza, en alusión a la fe del cristiano que celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, y la Esperanza, advocación de la titular mariana que, aunque no sale a la calle, siempre está presente en Las Tres Caídas.

El Silencio presentó su cartel el 28 de enero, realizado por José Carlos Corpuz, que también pertenece a la hermandad. Su finalidad no fue crear una obra parta rezar y contemplar, sino una pintura «como llamada y reclamo», apostando por el simbolismo y «saliendo del convencionalismo cofrade que es habitual en el campo de la cartelería». Por eso quiso «refrescar el panorama cartelístico cofrade en una ciudad cosmopolita como Madrid, adaptándose a la modernidad dentro de los fines del cartel de Semana Santa».

Medinaceli presentó también su cartel de Semana Santa días después, el 18 de febrero, coincidiendo con su concierto de marchas procesionales. La obra, en blanco y negro, ha sido realizada por el artista madrileño Víctor Luengo. Representa el perfil silueteado del Señor de Madrid con la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad dentro, la titular mariana de la archicofradía. Un cartel con mucha historia entre la Madre y el Hijo, al igual que la devoción del pueblo de Madrid a estas imágenes. El cartel se puede comprar en la secretaría de la archicofradía.

Presentación del cartel de la procesión de Medinaceli
Presentación del cartel de la procesión de Medinaceli.

El fotógrafo Rodolfo Robledo firma el cartel del Gran Poder y la Macarena, una instantánea de la talla del Cristo. También una fotografía es la que ha utilizado la hermandad de Los Estudiantes para su cartel anunciador de la estación de penitencia de este 2024; en esta ocasión, concede el protagonismo al cuerpo de nazarenos.

La última semana de febrero se presentó el cartel de Jesús El Pobre, obra del que fuera andero del Señor durante muchos años Isidro Daniel Cárcamo Cárdenas. Se trata de un retrato realista del nazareno titular de la hermandad, basado en el grabado tradicional y realizado sobre papel de algodón con tinta china, acuarela y pan de oro. La imagen está plasmada de perfil para dar la sensación de movimiento y aparentar estar siempre caminando, imitando la sensación del Jueves Santo, cuando recorre las calles de Madrid en su estación de penitencia.

La Borriquita ha sido la última hermandad en presentar su cartel, el pasado domingo 3 de marzo. Realizado por los fotógrafos David Montes y Jorge Renedo, se trata de un cartel al más puro estilo pop en el que se aprecia la figura de Jesús, la que da nombre a la hermandad.

De él se desprenden unos ratos que cubren todo el cartel, simbolizando el sol resplandeciente de cada Domingo de Ramos, día en que procesiona la hermandad, así como la luz que emana del Señor de forma perpetua. El Señor del Amor lleva alrededor de su cabeza un nimbo crucífero con las letras alfa y omega, que aluden a Jesucristo como principio y fin de todo lo creado.