Quienes piensen que van a ver El amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín, que se den media vuelta. Esto no es teatro clásico, ni teatro, digámoslo con palabras con las que me vayan a entender, al que están acostumbrados. Es una obra experimental, una indagación personal, una búsqueda de uno mismo representada para otros.
Edurne San José, única actriz y dramaturga de Mi cuerpo por 3 se ha buscado, se busca y se buscará. Y a esta investigación, a este reconocimiento, nos ha invitado a entrar. Todos los que estábamos el fin de semana pasado en Acting Escuela de Artes Escénicas, salimos siendo un poquito más Edurne. Conociéndola, y al fin y al cabo, queriéndola. Porque no se ama lo que no se conoce.
Ella es una valiente. Bien sabemos que mostrarnos tal cual somos, con nuestros miedos, nuestras inquietudes, nuestras luces y sombras es algo que aterra. Máxime si es a una panda de desconocidos. “Quiero compartir con vosotros bellas palabras, palabras no tan bellas, momentos de mi existencia y aportaciones de vida de personas que conocí. Reconocerse ante el mundo es más fácil que reconocerse ante uno mismo”, cuenta ella misma en la presentación de su obra.
Dicho esto, vamos al turrón. Edurne nos ofrece una hora y media en tres actos. Minutos de su cuerpo, dividido en tres. El primero, el cuerpo como herramienta del alma, como conexión de cada poro con cada neurona. No vemos su cara, no sabemos quién es, es sólo movimiento salido del pensamiento. Son las piernas y las manos, aferradas con fuerza a la intuición, a la decisión límite, a la vida, al fin y al cabo. Uno en la butaca, al verla, comienza a ser más consciente de su propio cuerpo, de lo que significa la orden de mover el dedo, de levantar la pierna. Uno, en la butaca, es más consciente de cómo nuestros pensamientos nos dominan. «Pienso desde el cuerpo».
Las prohibiciones instaladas en mi cuerpo se convierten en movimientos libres y carentes de un sentido como en la vida.
Mi cuerpo por 3. Segundo acto. La voz, la expresión, las palabras que dibujan el mundo, que lo definen, que nos definen. Pero… ¿qué pasa si soy incapaz de hablar? Edurne nos reconoce y se reconoce incapaz de decir lo que siente, cuando lo siente. Te quiero, te quiero, te quiero, palabras incapaces de salir de mi boca. ¿A cuántos no nos ha pasado alguna vez? Recuerden, sí. Es un buen momento para pensar. Esos no te vayas nunca pronunciados, ese no te quiero no dicho a tiempo… Ella nos invita a mirarnos adentro, y hablar.
No quiero desvelar más, sólo que la tercera parte del cuerpo se corresponde a aquella aprendida, aquella que nos enseñaron que era la correcta. Nos retrotrae a aquel tiempo en el que alguien te dice que hubo unos héroes, y unos caídos. Y ese aprendizaje te acompaña toda la vida. Los miedosos, se quedarán absortos en sus heroicidades. Los más avezados, pensarán. Y si son valientes, se reescribirá la historia.
Mi cuerpo por 3 no es una obra con inicio, nudo y desenlace. «Es el comienzo de algo que vendrá después, simplemente no acaba aquí, simplemente empieza en este momento. Una obra inconexa que iré modificando y procesando a través de mi cuerpo».
Aviso a navegantes: si no quieren experimentar con Edurne, si no quieren abrir la mente, si quieren no entender nada, no vayan. Hay mucho que ver en Madrid. Mi cuerpo por 3 es una invasión al cuerpo de otra persona. Es compleja. Es arriesgada. Es incomprensible, en ocasiones. Y corren el peligro de no enamorarse de lo que ven.
★★☆☆☆
Acting Escuela de Artes Escénicas
Calle Martín de los Heros, 52
Ventura Rodríguez
OBRA FINALIZADA