Mezquita y convento antes que parroquia - Alfa y Omega

Mezquita y convento antes que parroquia

También fue ermita y convento antes de erigirse en el templo de San Sebastián, antaño en la campiña almeriense y hoy en el centro de la ciudad andaluza debido a su expansión urbana. Acaba de cumplir 350 años

Rodrigo Moreno Quicios
Fachada principal con una imagen de la Inmaculada
Fachada principal con una imagen de la Inmaculada. Foto: Pablo Martínez Mesa.

«La iglesia de San Sebastián está levantada sobre una antigua mezquita del siglo XI a las afueras de la ciudad, cuando Almería estaba amurallada», cuenta a Alfa y Omega Juan Enrique Ureña. Es miembro de la comisión organizadora del 350 aniversario de su parroquia, una celebración que comenzó el 7 de julio del año pasado, cuando se recordó la colocación de la primera piedra de su nueva configuración, en vigor desde 1673.

Ureña explica que su parroquia ha tenido tiempo de serlo todo a lo largo de los siglos. Cuando los Reyes Católicos entraron triunfalmente en Almería el 26 de diciembre de 1489, una fecha que su Ayuntamiento rememora cada año, «la ciudad se cristianizó y el lugar donde estaba esa mezquita se convirtió en una ermita». Se conoce incluso el nombre del primer anacoreta que allí se instaló, Pedro Caro, quien en 1497 «se fue a Roma en peregrinación y obtuvo de Alejandro VI un jubileo» para el nuevo templo.

Tan solo ocho años después, en 1505, el solar se cedió a los trinitarios «para que pudieran edificar un convento con la ermita como iglesia». Por entonces, aquella zona lejos del mundanal ruido y cultivada por los campesinos se conocía como güerta del rey, cuyo nombre hoy se conoce con la grafía moderna. Aquella ubicación apartada y la creciente fama del templo provocó que todos los años fueran a él las procesiones populares «del antiguo barrio de Pescaderías». Hasta que, en el ya mencionado 1673, se erigiera oficialmente la parroquia de San Sebastián «con una imagen del santo» que se perdió en la Guerra Civil.

Al convertir el convento en parroquia, «se hizo una iglesia con una casa adosada para el cura», explica Juan Enrique Ureña, pero la falta de fondos obligó a interrumpir la obra cuando llevaba un año en marcha. Poco más tarde, en 1679, se concluyó «una fachada lateral donde el obispo Antonio de Ibarra colocó su escudo de armas» y que fue utilizada durante décadas como ingreso al templo, pues la escasez presupuestaria había obligado a que «la fachada principal no se terminara y se cerrara con un muro».

Pero la expansión urbana hacia la periferia llevó a que en 1735 se retomara la obra. «Lo que recogen los escritos de la época es que, debido al aumento de la población, se hizo un atrio con unas puertas principales para que se pudiera ver desde la calle el altar mayor». La ampliación del templo también permitió la apertura de nichos «para dar sepultura a los mecenas» más adinerados que habían contribuido a su construcción.

Sin embargo, «la obra no fue lo suficientemente sólida y a mediados del siglo XIX se inutilizó aquella puerta porque había amenaza de derrumbe del techo». En su reparación posterior se construyó «el baptisterio y toda una serie de dependencias parroquiales». Entonces «el suelo que había, que era de cantería, se vendió y se sustituyó por mármol». El original se conservó muchos años en la plaza frente al actual Mercado Central de Almería, antigua lonja de abastos, aunque acabó perdiéndose en sus remodelaciones. La última en 2009.

Con motivo del 350 aniversario de la parroquia de San Sebastián, durante el último año «hemos organizado conferencias y conciertos» e implicado especialmente a los niños de la parroquia y a los alumnos de 4º, 5º y 6º de Primaria del Colegio la Milagrosa, Colegio Compañía de María y Colegio Virgen del Mar, vinculado a los Hermanos de la Salle. «Han investigado sobre la parroquia, hecho maquetas y para nosotros ha sido una gran satisfacción», concluye Ureña.