El SJM denuncia que hay migrantes en Melilla en situación de calle
La «mala gestión» de la Administración está provocando que los pocos migrantes que llegan, entre ellos solicitantes de asilo, y algunos menores extutelados se queden a la intemperie
Aunque el foco migratorio se haya centrado en las últimas semanas en Canarias tanto por el volumen de llegadas como por la situación de los migrantes, la situación en Melilla sigue siendo delicada. Según denuncia el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), durante el fin de semana se ha vivido una verdadera emergencia sanitaria en la ciudad autónoma, con migrantes abocados a quedarse en la calle.
A varios recién llegados, entre ellos solicitantes de asilo, y a menores extutelados que acababan de salir del Centro de Menores La Purísima al cumplir 18 años se les denegó una plaza en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) o en el espacio habilitado en Altos del Real, donde pasan la cuarentena los que llegan. Ante esta situación, Geum Dodou, el SJM y otras entidades cristianas y de la sociedad civil se movilizaron para que no durmieran a la intemperie.
Es el caso de varios yemeníes que entraron en Melilla el sábado por la noche, tal y como explica a Alfa y Omega el jesuita Josep Buades, coordinador de Frontera Sur del SJM: «Pidieron asilo en la Policía. Les dieron algo de ropa y los subieron al hospital, donde pasaron la prueba de antígenos. Mal durmieron en sillas hasta que la policía fue a buscarlos el domingo a mediodía. Los llevaron a la puerta del CETI, donde solo les han dado algo de ropa, comida y una manta, dejándolos en la calle». También el de un joven egipcio –este con tarjeta roja, documento oficial por el se identifica a un solicitante de asilo– y que causó baja en el citado centro de menores.
A estos casos particulares se dio respuesta este lunes, gracias a la presión de la sociedad civil organizada, habilitando entre 20 y 30 plazas en el CETI y en el centro de Altos del Real, pero, según denuncia Buades, todavía queda por resolver la situación de los menores extutelados y de los migrantes que vayan entrando en la ciudad.
Repercusiones sanitarias
Además de en la cuestión humanitaria en un momento con bajas temperaturas, explica Buades, la «mala gestión» del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, del Ministerio del Interior y de la ciudad autónoma «tiene repercusión en la salud pública porque los chicos en la calle están más expuestos a los contagios».
Y concluye: «Están haciendo lo contrario de lo que recomiendan las autoridades sanitarias. Es una gestión irresponsable y es importante que la opinión pública perciba que esa mala gestión perjudica a toda la sociedad».