Mejor contigo. Mejor bien acompañados que solos - Alfa y Omega

Mejor contigo. Mejor bien acompañados que solos

Isidro Catela
Aramendi entrevista a Carlos Latre en ‘Mejor contigo’. Foto: RTVE

Ser es ser más. Con una filosofía más de andar por casa, pero, al fin y al cabo, con esa misma idea, La 1 ha estrenado un magacín que, bajo el paraguas del título Mejor contigo, tiene el papelón de sacar a flote una franja matinal que había naufragado en el barrizal de la ideología. Las cosas claras, de Jesús Cintora, terminó siendo más bien espeso chocolate, que disgustó a mucha gente de fuera y a otra tanta de dentro, por ser encargado a producción ajena a RTVE. Es muy pronto para saber si han dado en el clavo con el cambio, pero, por lo pronto, oxigenar la parrilla con un programa donde cabe de todo, y no solo política de partidos, ya es un alivio. Si, además, lo conduce Ion Aramendi, el presentador vasco fogueado en la casa en tiempo de pandemia y que se sostiene con un notable muy alto en El cazador, el concurso de las tardes, parece que hay mimbres para hacer un cesto más que digno.

A diario, de 12:30 a 14:00 horas, meten en la coctelera contenidos culturales, sociales o gastronómicos, por citar solo algunos ejemplos, y hay espacio para las entrevistas y el diálogo reposado con protagonistas que, sin quitarle el ojo a la actualidad, escapan, por una parte, de la gresca y la crispación políticas y, por otra, de los cotilleos de alcoba que, aunque de capa caída, siguen siendo santo y seña de otras cadenas.

Ion Aramendi conduce con soltura un formato que es capaz de no despegarse de la actualidad y arrancar en el volcán de La Palma, de buscar después el lado más humano de esa misma noticia y llevarnos hasta aquellos que ayudan y son ayudados en esa dramática situación, y de saltar luego al teatro para poner un poco de Carlos Latre en nuestras vidas y sacarnos la sonrisa que todavía se esconde bajo la mascarilla.

RTVE necesitaba algo ya así. Una suerte de España directo con otro formato y otro pulso narrativo, pero agradable de ver. Una apuesta que apunta más al encuentro que al encontronazo y que nos recuerda que, en tiempos de crecientes soledades, se está mejor contigo.