Diario de un peregrino. A Santiago hemos de ir - Alfa y Omega

Diario de un peregrino. A Santiago hemos de ir

Isidro Catela
Escena del programa. Foto: Cope

Con poco más que una mochila austera, una cruz al pecho, una vieira y un bastón de peregrino, hemos de ir a Santiago, que es Año Santo (por eso de la pandemia, lo será también 2022). El Camino no admite sustituto útil, así que vayan saliendo de sí y calzándose las botas.

Ahora bien, para abrir boca y, en cierta manera, prepararlo, TRECE se ha lanzado a escribir un atractivo diario audiovisual, que lleva la firma del periodista Javier Escartín y que, a modo de etapas del Camino francés, podemos ver cada noche, de lunes a viernes, a las 21:00 horas. Siempre pueden verlo, si no, a la mañana siguiente (12:05 horas) o a la carta en las páginas web de TRECE y COPE.

Estrenado el pasado 20 de julio, Diario de un peregrino contiene un total de 34 entregas en las que van haciendo cameos, junto al presentador, rostros conocidos y otros anónimos para, juntos, mostrar el camino de su vida, el que apunta al monte del Gozo, a las torres de la catedral y de ahí, de Santiago al cielo.

Está contado de manera ágil y fresca, grabado mientras se camina y con una mezcla de reportaje y documental en el que las historias de vida jalonan el recorrido. Se entra, además, en cada lugar, de la mano de algunos cicerones que lo conocen bien y que nos acompañan para abrirnos las puertas de un museo, de una catedral o del corazón de los paisanos, que llevan en su ADN el camino de flechas amarillas.

Junto a sus gentes, hay, como en todo Camino de Santiago que se precie, otros dos protagonistas: el paisaje variopinto, bellísimo, que lleva desde Roncesvalles hasta la plaza del Obradoiro, y el rico patrimonio cultural que vertebra el norte de España y en el que ha hundido Europa sus raíces cristianas.

Den por bien empleadas las ampollas y el cansancio y entren de lleno en este andariego diario. Todo un acierto de TRECE para cerrar este peculiar curso televisivo abriéndolo al horizonte más ancho que cabe imaginar.