«Medjugorje es el tráiler del cielo, un volcán de conversiones en erupción»
Jesús García y Borja Martínez-Echevarría dirigen Medjugorje, un documental estrenado este viernes sobre las supuestas apariciones marianas y lo que allí está ocurriendo desde hace 40 años
¿Cuál es el objetivo del documental?
Borja Martínez-Echevarría: Que la gente se haga preguntas. ¿Y si es verdad? ¿Y si Dios existe? Y, por supuesto, que conozcan el amor que la Virgen María nos tiene. Ella nos ha dicho en Medjugorje: «Si supieseis cómo os amo, lloraríais de alegría”. Pues eso.
¿Es una película solo para creyentes?
Jesús García: De hecho, a quien queremos llegar es a los no creyentes. Nosotros utilizamos siempre el mismo símil: dar de comer a los peces de la pecera es necesario, y hay mucha gente que lo hace porque lo necesitamos, pero yo me siento llamado a salir mar afuera y allí encontrarme con las mantarrayas, los tiburones y los caballitos. También son hijos de Dios.
Pienso que hace falta una salida hacia afuera, pero para eso tienes que aprender hablar el idioma que se habla fuera. Si tú quieres evangelizar en Japón, tienes que hablar japonés. Si quieres evangelizar al hombre de hoy, tienes que conocer su idioma, que, en muchos casos, es el idioma audiovisual. Y hay que cuidar el lenguaje. Con mis amigos de toda la vida, que no pisan una iglesia nunca, no puedo usar la palabra transustanciación, o paráclito, tienes que explicárselo de otras maneras.
Mira, yo tengo un libro sobre monjas que se titula ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? Y la gente me decía que iba a ser aburrido. Siempre les contestaba: «Un libro de monjas es aburrido si lo haces aburrido, pero si lo haces entretenido, la gente se lo lee. Y así fue, a la gente le encantó.
En Medjugorje hay muchos frutos espirituales y pastorales. ¿Qué les sugiere esto?
B. M.-E.: Que algo está pasando. Hay mucha gente que está siendo curada, pero no son curaciones físicas sino del alma, y ahí es donde se juega el partido. Si estás ciego y vuelves a ver es una alegría, pero te vas a morir igual. Lo importante es que no muera el alma, porque así podremos acercarnos a Dios y vivir aquí un pedacito de lo que vamos a experimentar en el cielo. En este sentido, me acuerdo ahora de un testimonio de la película que dice: «Medjugorje es el tráiler del cielo». Creo que es una explicación perfecta.
¿Cómo surgió el filme?
B. M.-E.: Empezamos con esta idea hace once años, cuando empezaba a haber cierto boom, por así decirlo, con Medjugorje en España. Nosotros trabajábamos juntos en el semanario Alba y pensamos que debíamos hacer una película sobre esto. En aquel momento era un poco más difícil, ahora la puedes hacer con un smartphone. Pero hemos tardado demasiado tiempo en lanzarnos. Muchas veces ha sido por cobardía nuestra, por no salir de la seguridad de un trabajo, de una nómina o de una zona de confort. Sin embargo, han sido tantas las señales que hemos visto en la oración, que al final nos pusimos a ello.
J. G.: Estamos hablando de millones de peregrinos a lo largo de 40 años. Por eso se hace un documental, porque lo que está pasando es un volcán de conversiones en erupción. Y eso que nosotros solo entrevistamos a gente que hable en español [NdR: Se refiere a los peregrinos, porque el documental cuenta, entre otras, con amplias entrevistas a los videntes]. Todavía no tenemos perspectiva del fenómeno histórico que es Medjugorje. Dentro de 200 años la gente mirará Medjugorje como mira ahora Lourdes, Fátima o Guadalupe.
Pero estas últimas apariciones están aprobadas definitivamente por la Iglesia y Medjugorje todavía no, aún se está estudiando el caso. ¿Cómo ven los diferentes pasos que se van dando?
B. M.-E.: La Iglesia es una madre y, como madre, cuida de sus hijos y no quiere que nos equivoquemos. La Iglesia es prudente y paciente, y se toma su tiempo. Pero cuidado, porque la Iglesia también soy yo. Todos formamos la Iglesia, para lo bueno y para lo malo. Y ya lo dijo san Agustín: «En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad, y en todo, caridad».
Ninguna de las apariciones de la Virgen, ni siquiera las aprobadas, son dogmas de fe y no hay por qué creerlas. Yo creo que son una ayuda que Dios nos da para poder vivir de otra manera, para hablarnos de otra forma.
J. G.: En algún momento, la Iglesia dirá algo sobre la veracidad o no de las apariciones. Pero lo que sí está claro es que algo está pasando y esto se está traduciendo en conversiones, vocaciones… Por otro lado, hay que tener en cuenta que la Iglesia ya ha permitido las peregrinaciones oficiales.
Antes hablaban de señales en la oración… ¿Han visto la mano de la Virgen detrás del proyecto?
J. G. : No solo detrás, también delante, por un lado, por otro… Nada de esto se explica sin la mano de la Virgen, te lo aseguro. Todo esto es fruto de la oración. Y en la oración Dios habla al corazón de las personas. Que la gente se piense que estamos locos, si quieren, pero es que es la verdad. A veces la lógica te llevaba por un sitio, pero hemos hecho lo contrario, porque lo veíamos en la oración.