Médicos Sin Fronteras cesa las operaciones del buque de rescate Geo Barents
El navío que ha contribuido a salvar a 12.675 personas deja de navegar por las «leyes absurdas y sinsentido» de Italia que obstaculizan el salvamento, solo dos días después de la impactante noticia del rescate por parte de otra ONG de una niña de 11 años, única superviviente de un naufragio
Se llama Yasmine, tiene 11 años, es de Sierra Leona y es la única superviviente del naufragio de la barcaza en la que viajaba con otras 44 personas, incluido su hermano. Habían zarpado de Sfax, en Túnez, cuatro o cinco días antes de que el mal tiempo hiciera volcar la embarcación. Los médicos estiman que pasó unas 12 horas en el agua.
«Fue casi un milagro que pudiéramos escuchar sus lamentos» mientras en la madrugada del miércoles pasado intentaban encontrar un bote que sabían que estaba en apuros, han asegurado los responsables del velero Trotamar III, de la ONG Compass Collective. Echaron su bote salvavidas al agua y lograron dar con la pequeña. La salvó el chaleco salvavidas que llevaba puesto y haberse agarrado a una cámara de aire, recoge EFE.
Su historia ha subrayado una vez más la importancia del rescate de náufragos en las aguas del Mediterráneo. Y contrasta con la noticia, dada a conocer este viernes, de que Médicos Sin Fronteras cesa las operaciones del buque de rescate Geo Barents. Desde junio de 2021, cuando empezó a operar, ha realizado 190 operaciones de salvamento que han ayudado a 12.675 personas. En total, MSF ha rescatado o contribuido al rescate de 94.000 personas en el Mediterráneo central desde 2015.
Medio año yendo a puertos lejanos
La ONG ha tomado esta decisión «debido a leyes absurdas y sin sentido, desde el decreto Piantedosi de enero de 2023 hasta su endurecimiento en diciembre de este año», ha denunciado en un comunicado. Se refieren al decreto ley introducido por el Gobierno italiano a principios de 2023 para castigar estas actuaciones. En diciembre de 2024, Italia intensificó aún más la dureza de las sanciones al facilitar y agilizar la confiscación de los buques de búsqueda y rescate humanitarios.
En los dos últimos años, el buque ha sufrido cuatro sanciones de las autoridades italianas. Ha tenido que estar 160 días en puerto, un castigo «por el mero cumplimiento del deber humanitario y legal de salvar vidas en el mar».
A esto se añade «la práctica de las autoridades italianas de asignar puertos lejanos, con frecuencia en el norte, para desembarcar a las personas rescatadas». Esto ha hecho que en los últimos tiempos «el Geo Barents ha pasado la mitad del año navegando hacia y desde puertos lejanos en lugar de asistir a personas en riesgo».
«Hemos llegado a la conclusión de que es insostenible operar con el Geo Barents bajo leyes y políticas italianas tan absurdas y carentes de sentido. La capacidad de rescate de los buques humanitarios está significativamente infrautilizada y activamente socavada por las autoridades italianas», ha subrayado Juan Matías Gil, representante de búsqueda y rescate de MSF.
Con todo, la ONG advierte de que volverá al mar «lo antes posible para salvar vidas en el Mediterráneo central, donde más de 31.000 personas han muerto o desaparecido desde 2014». Asimismo, «regresaremos para dar testimonio y denunciar las violaciones cometidas por Italia, los Estados miembros de la UE y otros actores».