«Médicamente no está justificado» casi nunca rechazar la vacuna de AstraZeneca - Alfa y Omega

«Médicamente no está justificado» casi nunca rechazar la vacuna de AstraZeneca

El riesgo de sufrir un accidente tromboembólico tras inmunizarse con la vacuna inglesa es de alrededor del 0,00006 %. Si se desarrolla COVID-19, del 17 %

Redacción
Foto: Belén Díaz

¿Es peligroso vacunarse con AstraZeneca? Rechazar, como puede estar haciendo «un grupo amplio de población», esta vacuna por el posible riesgo asociado de padecer accidentes tromboembólicos «nos parece que médicamente no está justificada». Es la respuesta del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia a una de las preguntas más frecuentes de las últimas semanas en lo relativo a la inmunización frente a la COVID-19.

Las dudas han vuelto a surgir después de que el responsable de vacunación en la Agencia Europea del Medicamento declarara a Il Messaggero, un periódico italiano, que era «claro» que existía una vinculación. Con todo, subrayaba que los beneficios seguían superando a los riesgos. Se espera un nuevo pronunciamiento de la AEM para este miércoles o jueves.

La «reiterada difusión» en los medios de comunicación de noticias sobre personas que han sufrido estas complicaciones, en algunos casos mortales, «ha creado un temor, seguramente injustificado, a utilizarla», valoran los autores. Publicar los casos «sin que hayan sido acompañados de una evaluación médica adecuada», añaden, ha podido hacer pensar a bastantes personas que «existe un elevado riesgo de sufrir uno de estos accidentes».

30 casos entre 18 millones

La realidad es bien distinta. Basándose en los datos del Reino Unido –se han documentado 30 casos entre 18 millones de personas– y de la Agencia Europea del Medicamento –25 millones de personas vacunadas con 62 casos de trombosis del seno cerebral y 25 casos de trombosis esplénica, a consecuencia de los cuales fallecieron 18 personas–, concluye que la incidencia, «aunque no está médicamente bien determinada, oscila alrededor del 0,00006 %».

Los accidentes tromboembólicos, sobre todo venosos, son a la vez una de las complicaciones más frecuentes del propio coronavirus. Según diversos estudios analizados por los autores, entre personas contagiadas por el SARS-CoV-2 que desarrollan la COVID-19 la incidencia es de aproximadamente el 17 %. Es decir, 283.000 veces más alta.

Si se extrapolan a España los datos ofrecidos por el Observatorio de Bioética, se puede establecer que si toda la población se vacunara con AstraZeneca, podrían darse 282.000 casos de accidentes tromboembólicos. Por otro lado, si la misma población se contagiara y (siguiendo los datos actuales) un 10 % desarrollara síntomas que hicieran necesaria su hospitalización, entre ellos podrían darse hasta 799.000 casos de trombosis o complicaciones similares. La cifra seguramente sería más alta porque la mayor parte de personas que desarrollan COVID-19 no necesita hospitalización, pero sí puede sufrir estas complicaciones.

Caso por caso

Sin embargo, el riesgo en unos casos y otros no es homogéneo. Por ello, desde el Observatorio de Bioética de la UCV se presentan distintos escenarios. Existen grupos de población, por ejemplo, con un mayor riesgo «médicamente comprobado» de sufrir este tipo de problemas: mujeres embarazadas, que tomen anticonceptivos hormonales o sometidas a terapia hormonal sustitutiva durante la menopausia, así como quienes han sufrido traumatismos graves o sean «portadores de algún factor genético que los predisponga a problemas tromboembólicos».

Estas personas «sí deberían posponer su vacunación hasta que el riesgo haya desaparecido» o, si es genético, «consultar con un médico especializado». Si necesitan vacunarse, es mejor hacerlo con una vacuna de ARNm, como las de Pfizer o Moderna.

Más beneficios que riesgos

Pero «todas aquellas personas no incluidas en los grupos de riesgo pueden vacunarse con AstraZeneca sin mayor temor, pues los beneficios de la vacunación son muy superiores a los riesgos». Esta recomendación afecta especialmente a quienes tienen mayor riesgo de contagio: personal sanitario, cuidadores en residencias de ancianos y «todos aquellos profesionales cuyo trabajo requiere una relación social mantenida en el tiempo con muchas personas».

Por último, los autores apuntan que es esperanzadora la publicación de un reciente estudio que ve en este tipo de accidentes un «cuadro parecido a la trombocitopenia inducida por la heparina». Al conocerlos, explican, se abre la posibilidad de tratarlos.