Medardo Mairena: «Rezábamos el rosario cada uno desde la celda» - Alfa y Omega

Medardo Mairena: «Rezábamos el rosario cada uno desde la celda»

Líder campesino nicaragüense, se presentó a las elecciones como oposición. Exiliado en EE. UU., no pierde la esperanza de volver a su país y reunirse con su familia

Ester Medina
El expreso político desde el exilio en EE. UU. Foto cedida por Medardo Mairena.

¿Qué es ser un líder campesino?
Nací en una zona rural. Me organicé con los campesinos a raíz de que Ortega hiciera una ley, llamada 840, para expropiar a los campesinos y construir un supuesto canal interoceánico.

Estuvo 14 meses en una celda de castigo. ¿Cómo fue?
En 2018 fui encarcelado y condenado a 216 años; salí once meses después por una ley de amnistía. En el 2021 me llevaron preso por segunda vez y condenado a 13 meses. Desde entonces, me tuvieron en una celda de castigo aislado de dos metros cuadrados y sin ventilación. Perdí 36 kilos y, cuando vi que mi salud se estaba deteriorando, me declaré en huelga de hambre para que me sacaran. Después de tres días me pusieron en una celda con mejores condiciones.

En El Chipote hay, entre otros, políticos, periodistas y sacerdotes. ¿Tenía contacto con otros prisioneros?
Cuando estaba en la celda de castigo siempre había un policía frente a la puerta y no permitía que hablara. Cuando me sacaron solo podía ver a los que estaban en la celda de enfrente, pero no permitían que pudiéramos conversar. Querían mantenernos psicológicamente presionados. Las últimas semanas nos pasaron al módulo donde estaban los sacerdotes y pudimos compartir con ellos el momento del rezo del rosario, cada uno desde su celda. Estando encarcelado murió un hermano mío en un accidente y le pude rezar, pero nunca en voz alta, con un compañero de celda. Nos sentábamos muy pegados. Era lo único que podía hacer para sobrevivir: orar y pedir a Dios que protegiera a mi familia y que nos diera la fuerza para resistir.

El secretario de Estado de EE. UU., Blinken, saluda a Mairena. Foto: Antony Blinken.

¿Por qué a otros presos no se les expulsó?
Es una pregunta para la que no tenemos repuesta. Invitamos al pueblo a no dejar solos a quienes todavía continúan ahí y a seguir orando por ellos. Además, la lucha no es solamente por la liberación de los presos, sino también para que Nicaragua pueda respirar aire libre. El obispo Álvarez, como todo pastor, se ha mantenido firme al lado de su pueblo y no tengo idea de por qué no se vino. Creo que ha hecho todo lo humanamente posible para mantener su lucha desde la trinchera a través de la fortaleza que Dios le ha dado.

¿Por qué les molesta tanto a Ortega y Murillo que los campesinos se asocien y luchen?
Ortega debe recordar muy bien la década de los 80, cuando la famosa piñata —las expropiaciones masivas después del 79—. El mismo Ortega vive en una casa que no es de él. No la construyó ni la compró, ¡se la quitaron a otra persona! Sacaron a los campesinos de sus propiedades, algunos iban a la cárcel y otros tuvieron que emigrar. Algunos en aquel entonces se fueron a la resistencia y tristemente hubo mucha sangre derramada. La mayoría de la contrarrevolución éramos personas del campo y nunca nos hemos rendido. Esta vez nosotros hemos dicho: no queremos que se repita la triste historia de los 80, no queremos muertos, no queremos derramamiento de sangre. Vamos a luchar de una manera pacífica, haciendo patria, en una resistencia cívica por defender nuestros derechos.

¿Cuáles son las principales reivindicaciones que hacen?
Que se respeten los derechos humanos, que se respete el derecho a la propiedad privada, que nos dejen vivir en paz con nuestras familias, que no nos persigan. También que no se creen conflictos étnicos internos, por ejemplo, dando títulos a algunas etnias y a otras no. Nosotros hemos tratado de convivir con nuestros hermanos, porque no vale la pena entrar en un conflicto étnico y caer en el juego de los políticos a los que solo les interesa generar enfrentamiento para sobrevivir políticamente. Porque eso es lo que hacen; generan un conflicto y luego aparecen como salvadores.

Ruptura con el Vaticano sobre la mesa

«No se trata de una ruptura de relaciones», pero esta posibilidad está sobre la mesa. «Entre el Estado del Vaticano y la República de Nicaragua se ha planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas», señaló Vatican News tras la noticia del pasado lunes, en la que el Gobierno de Nicaragua solicitaba a la Santa Sede el cierre de sus sedes diplomáticas. También durante la última semana Cáritas Nicaragua se ha visto obligada a cerrar sus puertas por las trabas del Gobierno, que impide desde 2019 la recepción de donaciones del exterior. Ortega, que recientemente calificó a la Iglesia de «mafia», ha ordenado a la Policía que prohíba que las procesiones de Semana Santa se realicen en la vía pública. La ONU ha solicitado un informe sobre la situación del país a un grupo de expertos y ha asegurado que en Nicaragua se cometen crímenes de lesa humanidad.

C. S. A.

¿Por qué cree que a Ortega le molesta tanto el papel de la Iglesia católica, de los campesinos y de los periodistas?
Porque decimos las cosas de frente y tenemos lealtad. La Iglesia está llamada a anunciar y denunciar, y lo único que han hecho nuestros pastores es decir la verdad. En el caso de los campesinos, con la reivindicación de nuestros derechos y tanto daño que nos han hecho y que los deja al descubierto. En el caso de los periodistas, tienen un papel muy importante, pues han retomado la lucha desde su trinchera acogiendo toda esa información y divulgándola. Por eso el Gobierno se ha ensañado con todos nosotros.

¿Qué futuro le ve a Daniel Ortega?
Está más débil que nunca, sabe que lo que ha hecho no está bien y que el pueblo está cansado. Su propia base sandinista está decepcionada con él. Muchos continúan como trabajadores del Estado por presión y miedo, y otros porque no tienen forma de llevar el sustento a sus familias.

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