Massimo Borghesi: «Francisco no es progresista ni peronista, es misionero y social»
El filósofo italiano participa este miércoles en el congreso La alegría del Evangelio. Diez años de magisterio del Papa Francisco en Madrid
El filósofo italiano Massimo Borghesi vuelve a España para participar en el congreso La alegría del Evangelio. Diez años de magisterio del Papa Francisco organizado por el Secretariado de Pastoral Universitaria de la archidiócesis de Madrid. Tiene lugar este miércoles y jueves en la Universidad CEU San Pablo, entidad que se ha volcado en el encuentro.
Massimo Borghesi también estará en una mesa redonda el jueves por la tarde en la Facultad de Derechos de la Universidad Complutense de Madrid para hablar el balance cultural, social y ecológico del actual Pontífice y en la que participará la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
¿Qué balance hace de estos diez años del pontificado de Francisco?
Mi juicio es bueno. No quiero decir que haya resuelto todos los problemas, pero es indudable que Francisco se encontró una Iglesia con grandes problemas como la pederastia, Vatileaks, la crisis financiera vaticana y los ha afrontado con valentía y dignidad. También ha dado ejemplo del modo de vivir cristiano en un mundo secularizado y ha iniciado una reforma espiritual en dirección a la desclericalización de la Iglesia. Él dice que uno de los grandes males es el clericalismo. El clericalismo es una Iglesia cerrada, que tiene miedo al mundo. Bergoglio quiere una Iglesia en salida, misionera. Muchos no lo han comprendido y lo acusan de progresista. Es un Papa social y misionero.
¿Por qué hay sectores que no lo han comprendido?
Por su procedencia. Es un Papa que viene de Latinoamérica, donde hay un grave problema con la pobreza, y que vuelve a proponer la doctrina social de la Iglesia, un empeño social que se había olvidado tras la caída del comunismo. Esto no ha gustado a los católicos moderados de occidente y, por eso, nace la idea de un Papa rojo, peronista y populista y que es progresista en temas doctrinales. Y no es así.
¿Se refiere a la contestación que ha sufrido en Estados Unidos?
Ha tocado a un catolicismo del orden establecido, sobre todo en Estados Unidos, muy polarizado sobre cuestiones éticas como el aborto. El Papa está en contra del aborto, ha usado palabras muy duras, pero quiere que el anuncio cristiano sea prioritario frente a batallas culturales y éticas, en las que también habrá que empeñarse. Lo que está en el corazón del Papa es la evangelización de los pueblos, no un empeño absorbido por valores morales. Es necesario empeñarse contra el aborto, sí, pero la Iglesia no es una agencia ética. En segundo lugar, la Iglesia debe esforzarse en la promoción humana de todos y, sobre todo, de los más pobres. Francisco es un discípulo ideal de Pablo VI.
¿Qué retos tiene por delante?
Su tarea es la de iniciar procesos. Ha movido una Iglesia cerrada, estática y conservadora. Ha hecho que tome la iniciativa y se sienta libre, incluso para equivocarse. Hay un gran reto que es el de la formación espiritual e intelectual del clero y del laicado. Hoy no existe un pensamiento católico. Es una gran laguna que afecta a todos, progresistas y conservadores. No hay un laicado maduro capaz de ser protagonista en los procesos históricos.