Más del 60 % de las personas atendidas por Cruz Roja pasan calor o frío en sus hogares
En un informe sobre el impacto de la pobreza energética, la entidad sostiene que crece el miedo de las familias a no poder pagar las facturas, teniendo que recortar en necesidades básicos para sufragar estos gastos
Cruz Roja ha presentado este lunes en Madrid las principales conclusiones de un estudio sobre el impacto de la pobreza energética en la vulnerabilidad social de las familias atendidas por la entidad. El informe se ha realizado en colaboración con la Universidad Pontificia Comillas y para llevarlo a cabo se han hecho encuestas a más de 1.500 familias que ya eran usuarias.
Roberto Barella, profesor de la cátedra de energía y pobreza de Comillas ICAI, ha asegurado en la presentación que la motivación para realizar este estudio ha sido, «aparte de conseguir nuevos datos para investigar la pobreza energética y contribuir al conocimiento, intentar mejorar nuestras actuaciones». Además, ha señalado que, por la inflación, en el periodo de 2022 a 2023 ha crecido el miedo de las familias a utilizar la calefacción sin restricciones, teniendo esto consecuencias directas e indirectas en su día a día. Por otro lado, María Cortijo, del área de datos, estudios y calidad de Cruz Roja Española, ha señalado que, durante ese mismo periodo, «más del 90 % de los hogares decidieron no encender la calefacción y más del 25 % experimentaron retrasos en el pago de sus facturas» y ha subrayado la conexión directa que hay entre el miedo a la factura y la situación de incomodidad térmica de estos hogares.
Como el testimonio de Monserrat, de Tenerife, que cuenta que al no usar el aire acondicionado consiguen que las facturas no sean tan elevadas. «En verano nos apañamos con el ventilador. En invierno utilizamos un brasero eléctrico, mantas y bastante ropa de abrigo», señala. Estas «estrategias de ahorro forzadas», a las que se ha referido Barella en la presentación del informe, puede repercutir en el uso de combustibles no adecuados, con riesgos de intoxicaciones o quemaduras, además de contribuir al aumento de la humedad o el estrés térmico en la vivienda.
Otro de los puntos destacados de la investigación es el impacto que tiene esta pobreza energética en la salud mental de las familias. No solamente sufriendo estigma y baja autoestima, sino también reduciendo actividades de ocio y entretenimiento, como lo hace casi un 70 % de los encuestados. Un ejemplo de ello es Anabel, de Cádiz, que ha tenido que recortar actividades sociales debido a esta pobreza energética. «Ni un fin de semana para salir ni para el viaje de fin de curso. Encima de que somos pobres, no quieres quedar en mal lugar, pero te ves obligada a luchar por tu familia y quitar de cosas que no son básicas pero que al final ves que otras personas las tienen y es muy duro».
Cruz Roja afirma en esta investigación que más del 60 % de los encuestados no pueden mantener el confort en sus viviendas ni en invierno ni en verano porque cada vez se invierte menos en el mantenimiento de la casa debido a los bajos recursos. Los edificios construidos sin criterios de eficiencia energética, las goteras, o podredumbre afectan al 22 % de las viviendas.
Cortijo, durante la presentación que ha tenido lugar en la sede de Cruz Roja Española, ha destacado favorablemente la colaboración entre las diferentes organizaciones para realizar el informe. «Complementar la parte de ingeniería de la Universidad de Comillas con los datos de Cruz Roja ha sido muy interesante», y ha destacado la experiencia de que las familias usuarias «se abrieran y te contaran sus experiencias más personales».