Más de la mitad de las religiosas de América Latina y el Caribe ha sufrido abuso de poder

El 55,2 % de las religiosas de América Latina y el Caribe ha experimentado abuso de poder en el interior de la vida religiosa. Es decir, en el contexto de su congregación, comunidad o en un ambiente eclesial. Lo revela un sondeo efectuado por la Comisión de Cuidado y Protección de la Confederación Latinoamericana de Religiosos, informa Vatican News.

La encuesta, de carácter anónimo, fue respondida por 1.417 religiosas de 23 países de América Latina y el Caribe. Coordinada por la hermana Rosaura González Casas, los resultados se han publicado en el libro Vulnerabilidad, abusos y cuidado en la vida religiosa femenina. El trabajo recoge que el 51,9 % del abuso de poder es ejercido por las superioras, el 34,2 % por sacerdotes, el 23,1 % por formadoras y el 10 % por obispos.

Si bien el 61 % niega la existencia del abuso espiritual, hay un 30 % convencido de lo contario. Nuevamente, aparecen las superioras como las que más ejercen este tipo de abusos con un 25,5 %, seguidas por los presbíteros con un 16,2 % y las formadoras con un 15,7 %. Igualmente, el 39,4 % afirma que ha sido testigo de situaciones de abuso espiritual hacia otra persona. Respecto al acoso sexual, el 14,3 % de las religiosas afirma haber sido acosadas por un sacerdote, le siguen los laicos con un 9,7 % y cierran otras religiosas con un 8 %.

En relación con el abuso sexual, el 19,8 % de religiosas —continúa la nota— afirman haber sido víctimas de esta conducta. 112 señalan que esto ha afectado su vida religiosa, 105 consideran que no, y solo nueve recibieron apoyo terapéutico dentro de su comunidad para enfrentarlo. Sobre el consumo de pornografía, una de cada tres religiosas, el 33 %, considera que es un problema para ellas y un 1,7 % se declara consumidora.

La mayoría de las respuestas proceden de México (429), país al que siguen Brasil (170), Argentina (129), Perú (113) y Ecuador. También hay respuestas de Nicaragua, Cuba, Estados Unidos, Panamá y Paraguay. La mitad pertenecen a religiosas cuyas edades oscilan entre los 45 y 65 años, mujeres con experiencia en la vida religiosa y varios años en sus congregaciones. El 39,4 % trabaja en centros educativos.