Más de cien religiosos se reúnen en Ávila para discernir juntos y «buscar otras maneras de soñar el poder»

«Cuando nos centramos en la persona y el tipo de capacidades que tiene que desarrollar, el discernimiento se convierte en uno de los ejes clave de la sinodalidad», reivindica María Guerrero. Ella es profesora de la Universidad Pontificia Comillas y una de las autoras del libro Liderazgo de Discernimiento Eclesial: Método LiDE. De la persona a la red sinodal. Es un volumen que desarrolla una forma concreta y aterrizada de tomar decisiones de manera comunitaria y que se presentó el pasado 4 de noviembre en la Universidad de la Mística, en Ávila. Allí habían acudido más de un centenar de religiosos y religiosas pertenecientes a la red intermonástica de España, compuesta por diferentes tipos de congregaciones.

En conversación con este semanario, Guerrero reivindica que el método que presenta puede ayudar a «ir encontrando los nuevos rumbos que el Espíritu va soplando para que todos nos activemos como células de discernimiento».

Soñar el poder de otra manera

María Guerero advierte de un desafío que tienen por delante los equipos que tomen decisiones sinodalmente. El riesgo de que «en las organizaciones de la Iglesia nos gestionemos casi como si fuéramos empresas». Como alternativa, anima a que «busquemos otras maneras de empezar a soñar el poder, entendido no como algo meramente jerárquico sino como la capacidad que tenemos todas las personas de impulsar los cambios que necesitamos». «El uso y la distribución equitativa y justa de ese poder es otro desafío», reivindica.

Igualmente, María Guerrero reconoce el reto que supone «el desbordamiento de la complejidad organizacional», especialmente dentro de la Iglesia. «Tenemos que ser astutos como serpientes pero mansos como palomas», emplaza parafraseando la Biblia.

Esta académica reivindica además que el método LiDE «ofrece un camino para que no asumamos de manera acrítica los modelos que vienen de otras organizaciones como las empresariales». Y explica que el manual que ha publicado junto a otros expertos «acaba analizado el aspecto de las redes de discernimiento y el discernimiento al interno de la Iglesia y junto con la sociedad humana global».

Superar la autorreferencialidad

«Uno de los dones de la sinodalidad es salir hacia fuera, ser un hospital de campaña que acude hacia donde hace falta, como la sangre va a la herida», manifiesta María Guerrero, por lo que «este salir hacia afuera supone superar la autorreferencialidad». Y presume de que «esta es una obra que hemos hecho entre distintas personas con un modo de funcionamiento bastante sinodal», pues «el método LiDE está asentado y acogido institucionalmente a las asociaciones nuevas que se han creado de manera sinodal e integrada por distintas entidades de la Iglesia». «Nosotros somos un suspirito, un compás de sinodalidad, un resultado y un fruto de sinodalidad», explica.

Finalmente, recalca que «lo que tiene un valor extraordinario es que se haya podido presentar junto a contemplativos de toda España en un proyecto que está cambiando la historia de la vida contemplativa, puesto que por vez primera monjes y monjas de diferentes órdenes y congregaciones están haciendo un camino juntos en la oración». Por lo que concluye que estos esfuerzos «son una llamada a la reconciliación y abrirse de par en par al interno de la Iglesia y también hacia fuera».