Más de 25.000 jóvenes españoles mostrarán «la catolicidad con toda su fuerza»
Una marea verde esperanza inunda la tarde del 1 de agosto la plaza de san Pedro. Sus organizadores cuentan en una rueda de prensa previa lo que supondrá este encuentro masivo de españoles en San Pedro
Son casi las cinco de la tarde de este primero de agosto y ya se va llenando la plaza de San Pedro, que acogerá a partir de las 18:00 horas el encuentro de los peregrinos españoles presentes en Roma para ganar el Jubileo y encontrarse con el Papa León XIV. Un total de 500 voluntarios se preparan para recibir a la marea verde —verde esperanza—, los jóvenes acreditados de nuestro país, casi unos 23.000, aunque se esperan unos 30.000 en total, muchos sin acreditar.
En una de las salas de la oficina de prensa vaticana, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha mostrado, ante los periodistas presentes y un nutrido grupo que ha seguido en evento por streaming, su alegría por la presencia de tantos miles de jóvenes, que muestran «la catolicidad con toda su fuerza». Acompañados, además, por la mayoría de los obispos titulares de la diócesis y de más de 700 sacerdotes, que concelebrarán la Eucaristía con Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, para poner el broche final del encuentro de la tarde de este 1 de agosto. El encuentro, además, estará presidido por una imagen la Inmaculada joven, patrona de la pastoral, traído desde España.
El también arzobispo de Valladolid ha destacado en su intervención la dureza de la peregrinación hasta llegar a la capital italiana, «con suelos duros, falta de recursos…», pero con la intención de ser faros de la «unidad y signos e instrumentos de la paz, uniéndonos todos a la voz del Papa».
Arturo Ros, obispo de Santander y responsable de infancia y juventud en la CEE, ha reconocido que «me producen una gran admiración y es muy significativo reconocer la presencia de nuestros jóvenes procedentes de todos los rincones de España, con lo que supone el trayecto que han tenido que hacer». Y no solo en una cuestión de salir de la comodidad, sino en el esfuerzo económico. Ros ha valorado especialmente el trabajo de las delegaciones diocesanas, pero «el mérito es de los jóvenes, de la pasión que le ponen. La razón es que vienen a celebrar la fe, es el motor».
Raúl Tinajero, director de la Subcomisión para la Juventud e Infancia de la CEE, ha destacado lo «ilusionados y emocionados» que están quienes han colaborado en la preparación, y ha destacado especialmente a los miembros del coro y orquesta que engalanarán el evento de la tarde. «Van a vivir un momento que dejará huella para toda su vida», y ha adelantado que habrá un nuevo proyecto de pastoral juvenil en España que marcará los próximos años.
Dos ejemplos de peregrinación
Alberto Naranjo, de la diócesis de Getafe, y uno de los jóvenes que participarán en el encuentro de la tarde, ha llegado hasta Roma muy acompañado. Aunque los sampietrini no son especialmente agradecidos para su silla de ruedas, está feliz de haber alcanzado la meta. Con 24 años y una discapacidad de nacimiento, «nunca la he visto como una limitación, sino como un instrumento para llegar al cielo». Estos días previos «he vivido que siempre hay alguien en la Iglesia que me va a ofrecer ayuda», aunque, ha reconocido, «no me gusta pedir ayuda y quiero hacerlo yo todo solo». Eso sí, constata que las cruces no siempre son visibles, como la suya. Que él mismo ha visto heridas en el corazón «enormes».
Otra vida distinta es la de Arturo Garrido, sevillano y ateo hasta los 19 años, que empezó a tener preguntas que buscaba responder con la filosofía y, más tarde, recibiendo catequesis en la parroquia de su barrio. «Tuve una catequista brillante. Dios me supo ablandar el corazón y di el paso de bautizarme, hacer la Primera Comunión y confirmarme». Es su primera peregrinación y está «muy contento».