Esta semana se estrena en los cines una película que se sale de lo habitual. Se trata de una cinta española de animación pero para adultos. Cuenta la historia de tres mujeres que se ven obligadas a abandonar su tierra a causa de los desastres naturales. Una es Shaila, de la India, casada y con hijos, a la que la subida del nivel del río ha dejado sin casa y sin cultivos. La segunda es Tanit, africana, una de las esposas del jefe de una tribu, a la que la sequía recurrente le impide seguir alimentando a sus niños. Por último está una caribeña de la isla de San Martín, Valeria, también madre de familia, a la que un huracán ha dejado sin nada.
Shaila deja atrás a los suyos para irse a Dubai a trabajar de esclava de un jeque y así pagar las deudas que los apremian. Tanit, después de intentar sobrevivir por medio de la mendicidad y no conseguirlo opta por la prostitución; y Valeria, al tener nacionalidad francesa, se marcha a trabajar a Francia con sus pequeños con la idea de poder llevarse después a su marido.
Esta película de David Baute quiere ser —y es— una llamada de atención sobre la urgencia de tomar medidas drásticas para frenar el calentamiento global y una denuncia del hecho de que sean los pueblos más pobres los que más sufren las consecuencias del cambio climático. Pero lo que se va a llevar el espectador en su retina sobre todo es el conmovedor y dramático retrato de unas mujeres que sufren injusticias extremas, a las que resisten por su amor de madres y de esposas. Son auténticas madres coraje atrapadas en sistemas deshumanizados: Valeria sucumbe a la burocracia, Shaila al machismo y Tanit a un sistema de salud insuficiente. Son mujeres de tradiciones muy dispares, pero cuya única fe ya no está en los hombres o en las instituciones sino en las creencias religiosas de cada una de ellas. No se puede decir que sea una película esperanzada, ya que su intención es remover conciencias y escocer; pero ellas en sí mismas son un canto a lo más noble y digno del ser humano.
Producido —entre otros— por Edmon Roch (productor de Las aventuras de Tadeo Jones, Biutiful, Adú, Saben aquell… y guionista de Mia Sarah), el filme ofrece una animación sencilla, de técnica tradicional, pero muy expresiva. Es capaz de conmover a pesar de lo minimalista de los dibujos. Los fondos son muy interesantes y el guion de Yaiza Berrocal muy elaborado. Todo ello viene envuelto en una maravillosa partitura de Diego Navarro. Aunque decimos que es animación para adultos y las historias que se cuentan son muy duras, la cinta no muestra ninguna sordidez. De hecho, la única escena violenta con derramamiento de sangre que contiene se nos sirve en una animación más abstracta que evita cualquier imagen desagradable. Original e interesante.
David Baute
España
2024
Animación
+7 años