Mariana Allsopp, una venerable entre las prostitutas de Madrid
Pertenecía a la alta sociedad, pero ese mundo no le convencía. En 1885 fundó a las hermanas trinitarias y dedicó toda su vida a atender a las mujeres en situación de vulnerabilidad. El Papa reconoció sus virtudes heroicas en mayo
El pasado mes de mayo el Papa Francisco reconoció las virtudes heroicas de Mariana Alssopp, fundadora de las Hermanas Trinitarias, quien dedicó todas su vida a las mujeres en situación de vulnerabilidad. «Para nosotros es una muy buena noticia la declaración como venerable de madre Mariana porque así nos ayuda a darla a conocer para que otras personas se enriquezcan de su legado. Estoy convencida de que mucha gente se va a poder beneficiar de la luz que irradió», explica la trinitaria Belén Berjillo, directora de la Fundación Mariana Allsopp.
Para celebrar el decreto del Santo Padre, la catedral de la Almudena acogerá este viernes 28 de octubre, a las 19:00 horas, una Misa de acción de gracias que será presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro. Aunque nació en México en 1854, la nueva venerable vivió toda su vida, prácticamente, en Madrid y es en esta ciudad, de hecho, donde está la casa central de las religiosas.
Allsopp se trasladó a la capital de España tras el fallecimiento de su madre y aquí fue criada por su abuela materna, que tenía una buena posición económica. «El mundo de la alta sociedad no le terminaba de convencer y, por ello, solía frecuentar el hospital de San Juan de Dios». Allí acudían también muchas jóvenes que habían ejercido la prostitución. «y esta realidad a Mariana le inquietaba. Aspiraba a darle una respuesta», asegura Berjillo.
La oportunidad surgió tras hablar con su confesor, el padre Francisco Méndez. «Él también se encontraba con estas mujeres en la calle, y con algunos golfillos», de camino a la catedral de San Isidro, donde era canónigo. «Quería montar un hogar para acoger a estas personas» y, finalmente, ambos fundaron a las hermanas trinitarias el 2 de febrero de 1885.
Una época, según la directora de la fundación, en la que «hubo un boom de congregaciones». El problema era que todas estaban cerradas cuando las prostitutas necesitaban ayuda. «Estas mujeres solo podían huir de los prostíbulos por la noche, pero las demás casa religiosas estaban cerradas». Por eso, «nuestro carisma redentor, libertad, nos lleva a tener la puerta siempre abierta para acoger sin condiciones a cualquier chica, a cualquier hora del día, o de la noche, que llegara a nuestra casa», subraya la hermana.
Además de la acogida, las trinitarias hacían talleres de imprenta, bordado, lavandería, etc, con las chicas, que así «aprendía un oficio para valerse por ellas mismas una vez que salieran de nuestra casa». Por toda esta labor, Allsopp podría ser considerada una feminista del siglo XIX. «Lógicamente, en aquel tiempo esa término no se utilizaba, pero ella, efectivamente, fue pionera en la lucha por la igualdad y del empoderamiento de la mujer. Era algo con lo que soñaba», revela Berjillo.
En la actualidad, las hermanas siguen atendiendo y dando una oportunidad a todas esas jóvenes que se encuentran en una situación de exclusión o de riesgo social. Lo hacen a través de la Fundación Mariana Allsopp, en la que está unificada desde 2017 toda la acción social de las religiosas. «Tenemos sede en todas las provincias en las que están las trinitarias, y también en México, en Uruguay, en Argentina, en India, Kenia e Italia», detalla la directora de la entidad.