María, una Estrella que ilumina el día a día - Alfa y Omega

María, una Estrella que ilumina el día a día

Francisco alienta a hacer «un compromiso concreto» para la Navidad. La Virgen, como en Barcelona, nos ilumina y acompaña

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El Evangelio de este domingo, el cuarto de Adviento, recuerda cuando María «se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña» para llevar la Buena Noticia a su prima Isabel. En cuanto esta la oyó –detalla el texto–, «saltó la criatura en su vientre», «se llenó de Espíritu Santo» y exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!». Igual que ocurrió entonces, la Virgen, nuestra Madre, emerge hoy como modelo para todos.

Como aseguró el Papa Francisco la semana pasada en su videomensaje con motivo de la inauguración de la torre de la Virgen María de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, Ella es «la “Estrella de la nueva evangelización”» y, en una expresión que ya aparecía en Evangelii gaudium, al mirarla «volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño». «Llena de la presencia de Dios», aseveró, nos invita a acoger al Señor y así a salir al encuentro de los demás; nos lleva a tomar «el camino que Él nos indica» con «la fuerza para rechazar las tentaciones de la violencia o del beneficio inmediato».

El Pontífice reiteró la necesidad de la fraternidad y de tener «prontitud en el servicio y amplitud de miras». Y, con la vista puesta en la Sagrada Familia de Nazaret, se detuvo, entre otros, en los obreros que atraviesan sufrimientos y dificultades como los de esta; en tantos pobres que «buscan un futuro mejor o huyen del mal» como aquellos que padecieron el destierro de Egipto, o en «tantos inocentes» que pierden la vida como la perdieron los de Belén.

En esta línea, en el ángelus del pasado domingo subrayó que «la fe se encarna en la vida» y alentó a hacer «un compromiso concreto», aun pequeño, para preparar la Navidad. Se trata de actos sencillos como llamar por teléfono a quien está solo, pedir perdón a aquel a quien se ha ofendido o cuidar la oración. La Virgen María, como ocurre en el cielo de Barcelona, nos ilumina y acompaña.

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