Marcin Jablonski, el capellán que ha hecho «presente a Cristo» en el Dakar - Alfa y Omega

Marcin Jablonski, el capellán que ha hecho «presente a Cristo» en el Dakar

Pertenece a los Legionarios de Cristo y ha saltado a los medios por haber bendecido el coche con el que Carlos Sainz ganó el rally Dakar

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Marcin Jablonski bendiciendo el coche de Carlos Sainz, y junto al piloto español durante el Dakar
Marcin Jablonski bendiciendo el coche de Carlos Sainz, y junto al piloto español durante el Dakar. Fotos cedidas por Regnum Christi.

«Estuve haciendo presente a Cristo con lo que soy y como soy», afirma Marcin Jablonski, legionario de Cristo y miembro del equipo de Carlos Sainz que acaba de ganar el rally Dakar. En una entrevista a la web de Regnum Christi, Jablonski destaca que «en medio del desierto y la competencia, mi papel fue ser presencia de Cristo».

Carlos Sainz ha recordado la bendición de su vehículo en varias entrevistas tras ganar la carrera. Pero la labor del sacerdote no terminó ahí. De hecho, el polaco condujo una autocaravana durante los 20 días que duró la prueba, y así entró en contacto con muchas personas «que quizás nunca habían tenido trato cercano con un sacerdote, pero que se acercaban con preguntas interesantes a nivel personal, incluso mientras conducía. Compartíamos los mismos deberes y trabajos, recorriendo diariamente entre 500 y 600 kilómetros. A pesar de estar realizando esa prueba, seguía siendo un sacerdote, en cuya presencia Dios se revelaba y se encontraba con las personas que con las que me cruzaba durante el Dakar».

«Yo tengo una pasión desde siempre por los coches y las carreras», afirma el sacerdote en la entrevista a Regnum Christi. Un día, Daniel, un padre del colegio Santa Isabel, en Barcelona, donde trabaja como capellán, le preguntó por qué no hacía lo mismo en un equipo del Dakar. «Aunque me ilusionó enormemente, no creí que fuera factible. Pero un día recibí una llamada del equipo de Audi. Habían visto mi currículum y estaban encantados de invitarme a unirme a ellos, no solo como capellán sino también como conductor de una autocaravana. Así comenzó esta gran aventura», recuerda.

Formar parte del equipo de Audi le ha llevado a compartir «trabajos, dificultades y fracasos, creando un fuerte vínculo con todos». Y como cura, «no solo se trató de ensuciarme las manos junto a los demás, sino también de transmitir algo más: he observado que las personas, al enfrentarse a problemas muy humanos, al ver a un sacerdote automáticamente los perciben bajo una luz diferente, contemplando la posibilidad de que Dios pueda ayudarles en estos momentos».