En estas páginas hemos hablado varias veces de Alex Kendrick, un pastor baptista norteamericano, fundador junto a sus hermanos de una productora responsable de títulos como Prueba de fuego, Un lugar donde rezar, La fuerza del honor y Vencedor. En Marca de vida Alex Kendrick es actor, coproductor, montador y coguionista. La cinta —dirigida por Kevin Peeples— se inspira en sucesos reales y cuenta la historia de Jimmy Colton (Kirk Cameron), un joven adoptado que cuando cumple la mayoría de edad tiene derecho legal a conocer a sus padres biológicos, si es que estos están de acuerdo.
La película comienza con un plano que es, en realidad, una gran metáfora. Jimmy se tira a un lago desde un acantilado. Tiene miedo y dudas, pero sus amigos le animan a lanzarse. Marca de vida nos relata ese salto al vacío vital que supone tomar la decisión de conocer a los que no se sintieron capaces de ser padre o madre. Jimmy vive feliz en Nueva Orleans (Louisiana). Es hijo único de un matrimonio cristiano y la vida le ha ido muy bien. Es muy bueno en la lucha libre y ahora se dispone a ir a la universidad. Es el día de su 18 cumpleaños. Lejos de allí, en Indiana, vive Melissa (interpretada por Marisa Lynae Hampton y Dawn Long), la madre biológica de Jimmy. Ella es consciente de que su hijo ha llegado a la mayoría de edad y actualiza sus datos en la Agencia de Adopción, por si él quiere encontrarla y conocerla. Cuando la noticia llega a Jimmy tendrá que decidir si quiere o no conocer a sus progenitores. La decisión no va a ser fácil, sobre todo porque en ese momento le diagnostican una enfermedad.
La cinta ofrece ante todo una imagen muy positiva de los vínculos familiares, tanto biológicos como adoptivos, y los personajes están marcados por el agradecimiento. Jimmy agradece a sus padres adoptivos la vida que le han dado y a los biológicos que le hubieran tenido y luego buscado una buena familia. Y ambos matrimonios se agradecen mutuamente por Jimmy. No hay rivalidad ni hostilidad, solo mutua acogida. Pero, además, la cinta se adentra en la cuestión del aborto sin eufemismos, proponiendo un luminoso mensaje provida.
Ciertamente en la vida real no todas las experiencias de adopción resultan tan perfectas como la que se cuenta aquí, pero la película señala un horizonte ideal muy esperanzado y verdadero, en el que la libertad y la falta de pretensiones sobre el otro definen las mutuas relaciones. Los padres adoptivos están discretamente deseosos de que Jimmy conozca a sus padres, convencidos de que ello va a ser un bien para todos.
Por otra parte, los personajes secundarios son muy enjundiosos, como el actual marido de Melissa (por cierto, interpretado por el propio Kendrick), el inefable amigo friki de Jimmy o el padre biológico, lleno de dudas. La película en su conjunto es un mosaico de humanidad verdadera, con sus heridas, pero siempre definida por un ímpetu último de positividad.
Kevin Peeples
Estados Unidos
2022
Drama
Pendiente de calificación