COMECE invita a otros países de la UE a seguir el ejemplo de Luxemburgo y acoger a migrantes menores de Grecia
Este miércoles se produjo el primer traslado de menores no acompañados solicitantes de asilo desde los campos de refugiados de las islas griegas a otros países de la Unión Europea. Se espera que al final de la iniciativa sean 1.600 los que comiencen una nueva vida en condiciones de mejor protección frente a la pandemia de coronavirus
La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) ha celebrado la llegada el miércoles a Luxemburgo de doce solicitantes de asilo menores no acompañados que se encontraban en las islas griegas. Luxemburgo se convertía así en el primer país en dar este paso. Los menores proceden de los campos de Lesbos (nueve), Quíos (dos) y Samos (uno), y fueron sometidos a un completo examen médico antes de embarcar en el aeropuerto de Atenas.
COMECE pide a otros estados miembros de la UE que muestren la misma generosidad. Si «nosotros estamos en casa, asustados, cómo deben de sentirse los que están en campos de refugiados, sin ni siquiera medicinas para la gripe estacional», ha subrayado su presidente, y también arzobispo de Luxemburgo, Jean-Claude Hollerich.
El siguiente traslado desde Grecia, de 50 menores, tendrá lugar el próximo fin de semana hacia Alemania. En total, el Gobierno de Angela Merkel se ha comprometido a acoger a 500 de los 1.600 menores no acompañados cuyo traslado se ha acordado. El resto de países acogedores dentro de la UE son Bélgica, Bulgaria, Francia, Croacia, Finlandia, Irlanda, Portugal y Lituania. Suiza, que no forma parte de la UE, también participará en el reparto acogiendo a 20, mientras Serbia reubicará a 50.
«Solo un primer paso»
El titular comunitario de Promoción del Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, dio las gracias a los Estados miembros que participan en la iniciativa y confió en que otros se sumen en el futuro. La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, añadió que la «nueva vida» que empiezan los doce menores en Luxemburgo «es solo un primer paso. La situación en las islas griegas ha sido difícil desde hace demasiado tiempo. Nuestros esfuerzos continúan».
Aunque el plan de traslado se centra sobre todo en menores, en algunos casos incluye a familias completas que se encuentran en una situación de «especial vulnerabilidad». Uno de los mayores problemas de la puesta en práctica de esta iniciativa, además de las trabas que conlleva un traslado en avión en medio de esta parálisis del tráfico aéreo sobrevenida por el coronavirus, es que no hay un criterio de selección generalizado.
Cada país tiene sus propios criterios de selección, algunos por género, otros por edad o nacionalidad. Tanto el Gobierno griego como la Organización Internacional para las Migraciones han pedido a los países interesados que muestren más flexibilidad en la selección y acojan a estos adolescentes sin limitaciones.
Apoyo de la Iglesia
La acogida de esos niños se enmarca en la iniciativa organizada por la Comisión Europea y las autoridades griegas, con el apoyo del Alto Comisariado de la ONU para los refugiados, la Organización Internacional de Migraciones y la Oficina Europea de Apoyo al Asilo para abordar el problema de superpoblación en los campos de Grecia.
También la Iglesia ha apoyado la iniciativa. En febrero, los cardenales Jean-Claude Hollerich (presidente de COMECE); Michael Czerny (subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral), y Konrad Krajewski (limosnero de Su Santidad) dirigieron una carta a las conferencias episcopales de los estados miembros de la Unión Europea. En ella, les invitaban a participar en la acogida de solicitantes de asilo y refugiados trasladados desde Grecia a sus países.
De hecho, el cardenal Hollerich ha estado implicado en la llegada de los menores a Luxemburgo, de donde es arzobispo y cuya Cáritas se va a implicar en su acompañamiento. En entrevista con Alfa y Omegaa finales de marzo, explicaba que «he estado hablando mucho por teléfono con el ministro de Exteriores de Luxemburgo. Nuestro país estaba dispuesto a acoger a diez menores y mujeres jóvenes. Pero ahora por la crisis del COVID-19 no se puede hacer, y el ministro está sufriendo por ello. Nuestra capacidad está completa y el Gobierno teme que haya un brote en las instituciones para solicitantes de asilo. Lo entiendo, pero lo siento mucho. Espero que estos jóvenes y chicas puedan tener una nueva vida. Tienen el mismo derecho a ser felices que el resto de nosotros». Afortunadamente, unas semanas después este deseo se ha podido cumplir.
Una bomba de relojería en los campos
Si bien el Gobierno conservador de Grecia está llamando la atención por la rápida gestión de la crisis sanitaria del coronavirus, que en su país solo ha contagiado a 2.000 personas y causado apenas un centenar de muertes, la amenaza de un brote en los atestados campos de refugiados sigue siendo una bomba de relojería en el país.
En concreto en los campos de las islas griegas, donde se hacinan más de 40.000 personas, la situación preocupa especialmente a las organizaciones humanitarias. En algunos de estos campos, como el de Moria, hay zonas con solo un grifo para 1.300 personas. Hasta ahora, en estos lugares no se han registrado contagios. Sí, en cambio, en dos campos del interior del país: Ritsona, con un brote de en torno a 20 personas afectadas, y Malakasa, donde se detectó a un infectado.
Esto ha llevado al Gobierno a, en colaboración con la Comisión Europea, la Organización Internacional de Migraciones, la Agencia de Refugiados de la ONU (UNHCR), y ciudadanos solidarios, organizar el traslado de un millar de habitantes de los campos de las islas griegas a hoteles desocupados.
Llamada a desparalizar las solicitudes de asilo
La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, celebró el martes esta decisión, que en su perfil de Twitter calificó de «los valores europeos en práctica, incluso en estos tiempos difíciles».
Por otra parte, ayer lunes la Organización Internacional para las Migraciones anunció que está planificando la instalación de plazas en la parte continental de Grecia para albergar a unas 5.000 personas de las más de 40.000 que hay en los campos de las islas del mar Egeo. Una solución insuficiente para entidades como Médicos Sin Fronteras, que rechazan que los refugiados sean simplemente trasladados de unos campos a otros.
COMECE atribuye parte de la dramática situación que se está viviendo en los campos de Grecia a la «reciente adopción de un controvertido decreto de emergencia que suspende los procedimientos de asilo durante un mes»; una decisión que ha obligado a la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE y al Representante Especial del Consejo de Europa para Migración y Refugiados a recordar que las medidas para afrontar los riesgos de salud pública no deben impedir que las personas soliciten asilo en un país.
Menores detenidos en celdas
Otra organización humanitaria, Human Rights Watch (HRW), ha criticado esta semana algunas prácticas recientes del Ejecutivo heleno. En concreto, el hecho de que hay un creciente número refugiados menores que se encuentran en centros de detención o calabozos bajo «custodia policial».
Según HRW, mientras que en enero eran 180, ahora son 331 los menores que viven en estas condiciones, detenidos bajo «custodia protectora» y sin haber cometido ningún delito por el mero hecho de llegar a Grecia «sin un padre o un pariente cercano». Este tipo de detención en comisarías y otros centros policiales, genera una situación especialmente vulnerable para los menores en tiempos de coronavirus, ya que se encuentran expuestos a la falta de atención médica, higiene y distanciamiento social, sostiene la ONG.
«Encerrar a niños en celdas de comisaría sin ninguna higiene siempre estuvo mal, pero ahora expone a los menores al riesgo de una infección», recalcó Eva Cossé, investigadora para Grecia de HRW.
Esta ONG ha instado al Gobierno que abra más instalaciones para estos menores, ya sean hoteles, centros de acogida o apartamentos para los más mayores, de entre 16 y 18 años.
Efe / Redacción