Luis Argüello: «Escuchemos los latidos de nuestros contemporáneos»
El arzobispo de Valladolid ha sido elegido como sucesor del cardenal Juan José Omella con 48 votos en la primera votación. Como vicepresidente el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid
Argüello vuelve a la CEE. Y lo hace como presidente. Así lo decidieron los obispos españoles que, reunidos en Asamblea Plenaria del 4 al 8 de marzo, eligieron la nueva estructura de servicio de la sede de Añastro, que debe responder a los desafíos de la Iglesia durante los próximos cuatro años. Una respuesta que el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, profundiza para Alfa y Omega: «Todos los retos están señalados en el documento Fieles al envío misionero, en el que los obispos españoles pusimos un acento grande en la importancia del anuncio permanente, primero y primordial del misterio trinitario del Dios encarnado en Jesucristo y todo lo que de ahí, como un permanente manantial, fluye».
El prelado sustituye al arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, con 48 votos a favor. Por su parte, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha sido elegido vicepresidente tras congregar 39 apoyos en segunda votación, en la que bastaba una mayoría simple. De esta forma, Argüello, con 70 años, vuelve después de haber ejercido como secretario general y portavoz de los obispos entre 2018 y 2022. Tras esa experiencia, profundiza en la situación que está viviendo la Iglesia universal en su conjunto: «La colegialidad, la sinodalidad, el discernimiento y el acompañamiento del pueblo de Dios que camina abierto a lo que el Espíritu Santo le pide en esta hora tan singular de la historia». Y precisamente, para aterrizar esos deseos, el arzobispo de Valladolid llega dispuesto a traducirlo «en una categoría de estilo de trabajo que ya se llevó a cabo en mi tiempo en la casa, con las diversas comisiones episcopales y secretariados donde impulsamos un trabajo en equipo para colaborar más por proyectos que por oficinas». El nuevo presidente ha asegurado a este semanario que «hay que ir a lo esencial, que es el anuncio del acontecimiento cristiano, y estar abiertos a la acción del Espíritu Santo en discernimiento para escuchar también los latidos de nuestros contemporáneos».
Uno de sus primeros gestos, y de esos latidos que resuenan, fue la cercanía y el afecto con las víctimas de abusos que estaban congregadas en la puerta de la Casa de la Iglesia el mismo día de su elección. Los nuevos presidente y vicepresidente de la CEE se acercaron a saludar a aquellos que estaban esperando una palabra. «Hemos querido subrayar una continuidad con lo que la Conferencia Episcopal ha tratado de impulsar en cada una de las oficinas diocesanas; en el ejercicio ya realizado de tantos gestos de acogida y cercanía que los superiores mayores de las congregaciones religiosas, los obispos y sus delegados han ido realizando ya en todas las diócesis de España. Además, como institución, en los últimos meses, desde sus propios trabajos y los informes recibidos por uno u otro cauce, se han querido dar pasos concretos para seguir avanzando en todo lo que significa la acogida, la prevención, la formación y la reparación integral». Según explica el arzobispo Argüello, «el camino de la evangelización pasa por la escucha de lo que sucede en la calle, en los rostros concretos, en quienes tienen un dolor en su corazón. Debemos acoger este dolor y, desde ahí, poder ofrecer lo que en la Iglesia española estamos haciendo».
El pasado lunes, día 4 de marzo, también fue momento para las despedidas. El cardenal Juan José Omella decía adiós a la presidencia del episcopado del que ha estado al frente desde el 5 de marzo de 2020, hace justo cuatro años.
«Durante estos años al frente de la Conferencia Episcopal Española he tratado de compartir una mirada reflexiva de la realidad, animando a trabajar juntos para construir, entre todos, una sociedad más libre, más justa, más en paz». Poniendo el foco en esta experiencia se dirigió el purpurado a sus hermanos obispos en el último discurso como presidente del episcopado. En sus emotivas palabras, recordó que «los obispos hemos sido particularmente llamados por Cristo a ser portadores de la esperanza y la sanación de Dios en un mundo herido, que sufre ante la violencia, la polarización y la desigualdad».
Los nueve rostros de la Comisión Ejecutiva:
• Luis Argüello García. Arzobispo de Valladolid
• Cardenal José Cobo. Arzobispo de Madrid
• Ginés García Beltrán. Obispo de Getafe
• Jesús Sanz Montes. Arzobispo de Oviedo
• Mario Iceta Gavicagogeascoa. Arzobispo de Burgos
• Enrique Benavent Vidal. Arzobispo de Valencia
• José Ángel Saiz Meneses. Arzobispo de Sevilla
• José María Gil Tamayo. Arzobispo de Granada
• Francisco César García Magán. Obispo auxiliar de Toledo
Tras recordar el momento privilegiado que vive la Iglesia con el Año de la Oración y la preparación para el Jubileo del 2025, y de hacer hincapié en «proceder con generosidad y resolución colegial a la reforma de nuestros seminarios», Omella se centró en propuestas de cara a la tarea de elección que los obispos llevaron a cabo al inicio de la semana, en la que salieron elegidos los responsables de diversos órganos de la CEE. Omella pidió «alimentar la comunión con el Romano Pontífice y con los demás hermanos prelados, especialmente dentro de la misma Conferencia». A continuación, constató que «la elección de estos servicios responde a un discernimiento de gran responsabilidad colegial que hemos de ejercer con la mirada exclusivamente puesta en el mayor bien del pueblo de Dios», con un «absoluto desprendimiento de nuestros propios intereses y estrategias».
Al cierre de esta edición, los prelados reunidos en Asamblea Plenaria ya habían elegido a los responsables de las comisiones de la Conferencia Episcopal Española. Como presidente de la Comisión de Doctrina de la Fe a Francisco Conesa, obispo de Solsona. Al frente de la educación y la cultura está el próximo cuatrienio Alfonso Carrasco, obispo de Lugo. En la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado lidera José Rico, obispo de Jerez de la Frontera. De los laicos, las familias y la protección de la vida se encarga Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza. La Comisión para la Liturgia de la CEE queda en manos de José Leonardo Lemos, obispo de Orense. Joseba Segura, obispo de Bilbao, es ya el responsable de la Comisión para las Misiones y Cooperación con las Iglesias. La pastoral social y la protección de la dignidad humana es el área de la que se encarga Jesús Fernández, obispo de Astorga. El religioso claretiano Luis Ángel de las Heras, obispo de León, lidera la Comisión para la Vida Religiosa; el clero y los seminarios están a cargo de Jesús Pulido, obispo de Coria-Cáceres y los periodistas siguen bajo la batuta de José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena.