Luis Argüello es el nuevo arzobispo de Valladolid tras la marcha del cardenal Blázquez - Alfa y Omega

Luis Argüello es el nuevo arzobispo de Valladolid tras la marcha del cardenal Blázquez

El Papa Francisco promociona al obispo auxiliar de la archidiócesis, que dejará la Secretaría General de la Conferencia Episcopal

Fran Otero
Luis Argüello saluda a Ricardo Blázquez tras conocerse el nombramiento del primero como arzobispo de Valladolid. Foto: Arzobispado de Valladolid.

La Santa Sede ha hecho público este viernes el nombramiento del Luis Argüello como arzobispo de Valladolid, una vez el Papa Francisco ha aceptado la renuncia del cardenal Ricardo Blázquez, cinco años después de que la presentase y doce años de su llegada.

Se produce así un relevo natural al frente de la archidiócesis castellana, pues Argüello es desde 2016 el obispo auxiliar. Antes había sido vicario general y moderador de la Curia diocesana, miembro del colegio de consultores y de distintos consejos. También sirvió en el seminario, donde ocupó los cargos de formador y rector. La toma de posesión será el próximo 30 de julio.

Toda esta tarea la ha ido compaginando con la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Española (CEE) –hace unos días concedió a Alfa y Omega una entrevista al hilo del Sínodo– que tendrá que dejar para dedicarse al nuevo encargo, tal y como el propio Argüello ha reconocido en una comparecencia conjunta con Blázquez. Su mandato se extendía hasta noviembre de 2023, pero los obispos tendrán que elegir sustituto este mismo año, en la Plenaria de otoño.

«La nueva responsabilidad en la archidiócesis de Valladolid me insta a solicitar ser relevado como secretario general en la próxima Asamblea Plenaria y a limitar mucho mi presencia en Madrid desde el 30 de julio», ha señalado el nuevo arzobispo. En su opinión cree que estas dos tareas «no son compatibles».

Al margen de esta cuestión, Argüello ha señalado que el gran desafío que tiene la Iglesia en Valladolid y en toda España es la transmisión de la fe y la iniciación cristiana. También la forma de hacerse presente en el territorio, entre otras cuestiones.

Por su parte, Blázquez se convierte en arzobispo emérito tras una larga trayectoria que le ha llevado por las diócesis de Santiago de Compostela, como auxiliar, Palencia, Bilbao y Valladolid. Fue presidente de la Conferencia Episcopal durante nueve años y creado cardenal de la Iglesia católica en 2016.

Su ministerio se ha extendido más de lo habitual, pues aunque presentó su renuncia a los 75 años, cuando es preceptivo, Francisco no la ha aceptado hasta este viernes, – la edad de 80 años y sin ser elector en un futuro cónclave.